Así como el legislador Cristian Ritondo en Seguridad, otro dirigente porteño se mudará a la provincia, para asumir como ministro de la gobernadora electa, María Eugenia Vidal.
Se trata del actual subsecretario de Políticas Educativas y de Carrera Docente del ministerio de Educación de la Ciudad de Buenos Aires, Alejandro Finocchiaro, el número dos del ministro Esteban Bullrich, quien deberá manejar el distrito escolar más grande del país. Y además más el conflictivo a nivel gremial.
En la provincia, Finocchiaro estará al frente de la Dirección General de Cultura y Educación, que en la práctica es el ministerio de Educación provincial, cargo que hoy ocupa la escribana y abogada Nora de Lucía.
Para ocupar esa cartera caliente, Vidal optó por una persona con experiencia en la negociación con los gremios, rol que viene desempeñando en la Capital desde 2007.
Claro que no será lo mismo en provincia, donde Daniel Scioli conoció en carne propia numerosos conflictos, incluidos los más de 20 días de paro docente en 2014.
Abogado, Finocchiaro llegó a la gestión educativa en 2007 como asesor del ex ministro de Educación de CABA, Mariano Narodowski. Sin embargo, en 2008, un paro docente de más de diez días y una relación tensa con los gremios docentes porteños terminaron dejándolo fuera de la gestión.
“Finocchiaro manejaba la relación Gobierno y gremios como si fuera Israel y Hamas. Esa lógica volverá”, sostuvieron desde UTE.
Además de duro, Finocchiaro fue dirigente de UPAU, la rama estudiantil de la UCEDE, la fuerza liberal creada por Alvaro Alsogaray.
En 2011, Finocchiaro volvió a la gestión, siempre en la misma área, esta vez convocado por Esteban Bullrich y ante la resistencia de los gremios porteños.
Al poco tiempo, sobrevinieron siete días de paro y una carpa en Avenida de Mayo, a partir de la voluntad de Bullrich y su equipo de restar influencia de los gremios docentes en la carrera de los docentes de CABA, con la modificación de la organización de las Juntas de Clasificación, organismo que regula los puntajes y evaluación de antecedentes de los docentes y donde los gremios tenían el mayor peso.
Finocchiaro tuvo un rol clave en el éxito de ese cambio, resistido por los gremios. Con perfil conservador y fama de duro en las negociaciones, la designación de Vidal es promesa de conflictividad gremial. Sobre todo, ante el malestar que ya causó el triunfo de Vidal entre las filas del SUTEBA, conducido por Roberto Baradel.