Este miércoles 17 volvieron las clases presenciales en la Ciudad de Buenos Aires, aunque hay escuelas que no pudieron abrir por falta de agua e insumos mínimos para la prevención del covid-19. Desde el gremio UTE aseguraron que hay 38 docentes con COVID.
Además, durante el día las denuncias se multiplicaron en otros establecimientos por la falta de infraestructura adecuada, de jabón, de alcohol en gel, de barbijos, etcétera. En este contexto Ademys llamó a realizar un paro activo de 72 horas y en el distrito 16 y 17 concentraron docentes y familias en Plaza Devoto donde relataron la situación que están viviendo.
Por su parte, muchas familias denunciaron que fueron obligadas a mandar a sus hijos a las clases presenciales bajo la amenaza de perder una vacante. Se sabe: es casi imposible acceder a esa situación, que es de privilegio en la Ciudad de Buenos Aires por la falta de lugares. “En el jardín de mi hijo nos dijeron que nos iban a sacar la vacante si no lo mandamos dentro de los tres días. Las familias van a terminar mandando a sus hijos porque tienen miedo de perder la vacante”, contó una madre al portal La Izquierda Diario.
En el mismo sentido, una docente se quejó de las pésimas condiciones en las que se volvió a la presencialidad: “Creemos que las condiciones no están dadas y más allá que algunas escuelas están un poco mejor preparadas que otras, nos preocupa mucho el transporte público”. En algunos casos, se toman riesgos para asistir a clases de 1 hora…
“Dicen que los chicos están emocionalmente inestables y por eso conviene que vuelvan a las aulas. Pero cuando vuelvan a sus casas y contagien a otros familiares, ¿cómo creen que se van a sentir?”, recordó otra maestra.