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La crisis económica esta empujando a cada vez más personas a compartir habitaciones o a terminar en la calle

La demanda de departamentos compartidos y habitaciones creció en los últimos meses. Los inquilinos ya no pueden afrontar gastos dolarizados o no cumplen con los requisitos cada vez más exigentes. Cada vez más personas están en riesgo de terminar en situación de calle.

La demanda de departamentos compartidos y habitaciones creció en los últimos meses. Los inquilinos ya no pueden afrontar los gastos o no cumplen con los requisitos, por lo que es cada vez más común ver en las páginas web de oferta y demanda solicitudes de compañeros para afrontar los costos, y también ofertas de propietarios que responden a esta nueva necesidad. “La demanda de departamentos compartidos o habitaciones es algo que está creciendo, a pesar de que digan que hay más oferta”, le comentó a PERFIL el abogado Maximiliano Vittar, del Movimiento Nacional de Inquilinos de Córdoba. A causa de la demanda también aumentaron los precios de las pensiones.

“El problema no es solamente el costo inicial (que muchas veces está en dólares) sino también los requisitos para alquilar. Algunos, como el recibo de sueldo, son cada vez más difíciles de conseguir”.

En un contexto de aumento del desempleo –que según los últimos datos del Indec creció al 7,7%– y de la pobreza (del 55,5% según la UCA), las personas que no pueden sostener un alquiler acuden a lugares informales y precarios. “La pensión es un alquiler informal y, como es un contrato informal, también tienen tratos o lógicas informales”, explicó el abogado. Como no hay reglas claras, los pagos requeridos pueden ser diarios, mensuales o semanales. “Recuerdo por ejemplo en la época de pandemia que, cuando alguien se atrasaba en los pagos, llegaba y de golpe tenía sus cosas en la calle”. No solamente los acuerdos (si es que existen) son precarios: también las instalaciones y los servicios.

A medida que se avanza en la informalidad crece también la inestabilidad. Las pensiones “son la instancia previa a un refugio estatal o a estos lugares en los que podés estar si estás solo, pero si tenés una familia más numerosa hay ciertas limitaciones, por lo que salir de una pensión suele ser el paso previo a la calle”, concluyó.

La informalidad en el trabajo (según CEPA se perdieron cerca de 120 mil puestos en los primeros cuatro meses del año) se traslada a la informalidad en los alquileres.

El problema es que la oferta también es escasa. Las construcciones se orientan a los extremos: o edificios lujosos o monoambientes pequeños, explicó a PERFIL Adrián Canteros Sandoval, abogado especialista en alquileres y referente de asociaciones de inquilinos de Corrientes.

“Entonces la gente vive hacinada. No solamente por esto, sino también por el DNU 70 que libera todo parámetro de determinación de los precios”. A partir de entonces, aseguró, los contratos se siguen encareciendo. 

Por eso, consideró, “la derogación de la ley alquileres lo único que ha provocado es un estado de precarización absoluto de los inquilinos porque, como no hay ley, cada contrato es una ley en sí misma, y los inquilinos se encuentran con cláusulas que son abusivas” concluyó.

Fuente: Perfil

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