Quiere cocinar un cambio
Ya se largó la fase más fuerte de la campaña, y el precandidato a intendente de Quilmes por el espacio Cambiemos, el conocido cocinero Martiniano Molina, sale de recorrida. En los últimos días escuchó a vecinos de un barrio construido en la localidad de Ezpeleta y destacó la desidia y el abandono del Estado en esos lugares.
Sin embargo, el popular cocinero sabe que los días que se aproximan no son unos más. En declaraciones a Infobae sostuvo que es consciente de que pone mucho en juego por haber decidido acercarse a la política partidaria y mucho más por aceptar ser candidato.
En un primer momento Cambiemos había optado por poner como figura principal al modelo Tomy Dunster, pero la llegada de Martiniano alteró los planes y lo ubicó como cara visible del partido en la localidad del sur del conurbano bonaerense.
"Llegó en el momento en que entendí que sinceramente Quilmes estaba en un estado tan violento, mediocre e inseguro. Vi lo que pasaba con la salud pública, con el transporte. Había que involucrarse y recuperar el espacio. Sé que en mi caso arriesgo absolutamente todo pero no tengo miedo", sentenció Molina.
El cocinero es una de las tantas apuestas por mediáticos que el PRO lanzó en todo el territorio de la Provincia de Buenos Aires para contrarrestar la falta de estructura y candidatos de trayectoria en los distintos distritos.
Molina hace eje en al inseguridad, destaca que Quilmes es uno de los municipios más inseguros con una de las mayores tasas de homicidios y en la contaminación que es un problema invisibilizado.
Veremos si la apuesta del macrismo logra instalar, al también ex jugador de la selección de handball, en una campaña que amenaza con polarizarse entre Francisco Gutierrez, actual Intendente que irá por su reelección y Walter Queijeiro, referente del massismo que ya logró un triunfo en las elecciones de medio término de 2013.