Saintout (parte 1): “Vidal es la primera gobernadora en la historia de la provincia que cierra escuelas”
Por Martín Piqué
Florencia Saintout es la jefa del bloque de diputados bonaerenses de Unidad Ciudadana. El llamado de la política, y la confianza de la senadora Cristina Fernández, la obligaron a cambiar las aulas de la Facultad de Periodismo de la UNLP por los debates y las tensiones en la Legislatura provincial, también en La Plata. Saintout (47 años, licenciada en Comunicación con doctorado y posdoctorado ligados al área) asumió su nueva función hace apenas tres meses. Una escena se repite desde entonces: el desfile por las oficinas de la bancada kirchnerista de trabajadores despedidos que piden algún tipo de ayuda. O la visita de vecinos de la provincia de Buenos Aires afectados por alguna medida del gobierno de María Eugenia Vidal. Pueden ser las escuelas isleñas de San Fernando o ferroviarios que se quedan sin empleo con el cierre de la empresa estatal bonaerense Ferrobaires. “Todos los días hay alguien. A veces sentimos que no alcanza con lo que podemos hacer”, dice Saintout.
La ex decana de Periodismo también fue concejal en la ciudad de las diagonales que planificó Dardo Rocha. El jueves por la tarde, la jefa del bloque de UC-FpV presenció la apertura de sesiones ordinarias que encabezó Vidal. Todos los legisladores del kirchnerismo exhibieron desde sus bancas un cartel con el hashtag #VidalEsMacri. “Es muy grave que haya dedicado buena parte de su discurso a la estigmatización de la escuela pública y de los docentes”, cuestiona Saintout sobre el discurso de la gobernadora.
En esta entrevista con Primereando, Saintout critica con palabras muy duras a la administración bonaerense. También analiza la estrategia de construcción de imagen con que Cambiemos busca proteger a Vidal. Para algunos analistas, Vidal representa una alternativa de recambio para el caso de que la reelección Mauricio Macri ingrese en serio riesgo. Saintout, sin embargo, sostiene que la oposición puede ganar en 2019. Dice que el clima político que asomó tras la Reforma Previsional se profundizará en los próximos meses. Además, a cinco días del paro internacional de mujeres del #8M, la diputada ratifica su posición “absolutamente a favor” frente al debate sobre la despenalización del aborto.
–Concejal en La Plata, decana en la Facultad de Periodismo. Ahora jefa del bloque de diputados provinciales de Unidad Ciudadana. ¿Es un desafío?
-Este es un momento en el que estamos todos desafiados desde el lugar que nos toque. Porque estamos ante un gobierno tremendamente injusto, depredador; los adjetivos a veces no nos alcanzan. Es un gobierno que, tanto a nivel provincial, en La Plata a nivel local, a nivel nacional, gobierna contra las mayorías populares. Es un desafío, por ejemplo, encarar posiciones que no son las más cómodas. Nosotros, ahora, somos el bloque claro de la oposición. Mientras que otros bloques, que no son los de Cambiemos, se acomodan un poco más o un poco menos, dudan y hacen especulaciones. Desde el 10 de diciembre estamos recibiendo demandas de diferentes sectores con sus derechos avasallados. Y a veces sentimos que no alcanza con lo que podemos hacer. Esto venía pasando desde antes: lo recibían otros compañeros. Todos los días hay alguien. Aparecen los que pierden el trabajo en la Unidad Ejecutora de la provincia; periodistas despedidos; compañeros y compatriotas que trabajaban en Fanazul (la planta de explosivos de Fabricaciones Militares en Azul, NdR); Ferrobaires que amenazan con cerrarla; trabajadores de los hospitales que pierden el empleo. Y ahora el cierre de escuelas.
-Recién enumeró medidas que tienen que ver con decisiones de la gobernadora. Vidal muestra un diferencial de imagen positiva por sobre Macri. ¿Existe una protección adicional, en los medios y por ciertos periodistas, hacia la figura de Vidal? ¿Encarna la gobernadora una alternativa de recambio por si Macri no llega a ser candidato? Por otro lado, con los cierres de las escuelas isleñas del Delta parece que Vidal tuvo que retroceder por primera vez.
-Eso que se anuncia, de maneras muy informales, respecto a que la gobernación se echaría atrás con algunas medidas, tiene una gran parte de mentira. “Dicen” que se van a volver atrás con algunos cierres de escuelas de islas. Todavía no hay nada efectivo. Y sería con algunas escuelas de islas, no con todas. Van a cerrar escuelas. También están cerrando escuelas rurales: pero además están haciendo algo muy grave, que es la fusión compulsiva de cursos sin ningún tipo de criterio pedagógico. El gobierno de Vidal –uno debería decir el gobierno de Macri y Vidal- es el primer gobierno en la historia argentina que cierra escuelas. Yo no sé si esto es el primer costo político para Vidal pero sí es un costo muy grande que seguramente va a tener que pagar. Si Vidal está blindada, yo creo que sí. Pero igualmente yo creo que ese blindaje es para todo el gobierno macrista. La hiper-concentración mediática, los más de 3000 periodistas despedidos y perseguidos, el retorno de la idea de ‘listas negras’… Todo eso no es porque sí. Manejan la agenda mediática de acuerdo a sus objetivos. Y, en el caso de Vidal, además hay una estrategia particular: su no exposición. Salvo en momentos de campaña, en que la tuvieron que poner a último momento a jugar de una manera desmesurada, de una manera que es novedosa: en los programas de la cocina de la mañana, en el programa de la tarde de los chusmeríos. Vidal pareciera jugar con la idea de que se hable de ella mientras ella está trabajando. Sin embargo, yo estoy convencida de que más allá de las diferencias que puedan llegar a tener, Vidal y Macri forman parte del mismo proyecto político. Vidal es Macri y Macri es Vidal. Y están haciendo las cosas mal. Mal para las mayorías. Eso, tarde o temprano, más allá de toda la protección y del rol de los medios, emerge. El país real termina emergiendo. Ese proceso lo estamos viendo ahora con Macri. La percepción de que se empieza a decir “el rey está desnudo”.
-¿Qué le pareció el discurso de Vidal en la apertura de sesiones?
-Mientras se multiplican los despidos en la provincia de Buenos Aires, Vidal no habla de los cientos de familias afectadas por la pérdida de trabajo. Tampoco habla de aquellos a quienes no les alcanza la plata por los tarifazos y subas de precios. Es la primera gobernadora en la historia de la provincia que cierra escuelas. Dedicó buena parte de su discurso a estigmatizar a la escuela pública y a los docentes. En 2017 subejecutó el presupuesto de salud en 2017 y desmanteló políticas fundamentales. Por todo esto, cuando dice que está preocupada por el futuro de los bonaerenses, queda claro que miente.
La videopolítica y el hit del verano
-El país parece estar viviendo un cambio de clima político desde mediados de diciembre, con la discusión de la Reforma Previsional. Ante este escenario, el gobierno intenta manejar la agenda e instalar algunos debates. Algunos genuinos y con años de presencia en la sociedad, que no pueden ser reducidos a la frase “cortina de humo”: el aborto libre, seguro y gratuito. Pero también instalan otros temas, como el cobro a los extranjeros para atenderse en la salud pública. ¿No son estrategias muy obvias?
-Están atravesando un momento complejo porque ni siquiera para sus propios cálculos las cosas les están saliendo bien. No pueden con la economía. Aunque en estos procesos de saqueo siempre hay algunos a los que les va muy, muy, muy bien. Pero en términos de gobierno no pueden sostener sus propias planificaciones. Por eso están metiendo una agenda que, yo creo, empieza hasta hacerles a ellos mismos humo. Esto no quiere decir que el debate imprescindible sobre el aborto no sea algo que se viene.
-¿Usted está a favor?
-Absolutamente a favor. Lo he dicho siempre. Este debate no salió de la nada. El movimiento de mujeres en la Argentina es uno de los más vitales del mundo. Viene planteándolo desde hace tiempo. Y ha crecido enormemente en las últimas décadas. En contextos de mucha libertad, y también de derechos y de conquistas de derechos. Eso ha permitido ir quebrando una doble moral y, además, poder plantearlo como una cuestión de salud pública y de libertad. Yo jamás voy a creer que la derecha de este país tome posición a favor de la legalización del aborto. Porque lo que menos le importa es la vida de las mujeres. Y menos todavía la vida de las mujeres pobres. Lo que Macri hace es mentir. Pero, bueno, la sociedad va en un camino, y diga lo que diga Macri, más tarde o más temprano la legalización del aborto va a ocurrir. Las mujeres estamos empoderadas, queremos debatirlo y tenemos una sociedad que está dispuesta, de mínima, a hacerse la pregunta y dejar las hipocresías que históricamente han envuelto a este tema.
Hace un rato habló de los medios. ¿Qué piensa cuando ve hoy que Clarín está a punto de concretar la fusión con Telecom y concretar su ingreso al negocio de la telefonía y el 4G con la posibilidad de ampliar todavía más su esfera de negocios? En la revisión de los últimos años, en el peronismo se han llegado a escuchar opiniones que expresan un arrepentimiento por haber confrontado con Clarín. ¿Qué balance hace usted?
-Yo estoy segura de que era un paso que había que dar y que hay que dar. Es más, esto que está pasando ahora, si no hubiéramos dado esa batalla, hubiera pasado igual: Clarín habría seguido avanzando. Clarín, los grandes intereses corporativos que necesitan de lo mediático en las sociedades… Además, en el calor de esa batalla también fuimos construyendo otras legitimidades. Las batallas y las luchas no es que se ganan o se pierden y punto. En el medio hay procesos. Retrocesos, hay avances. Pero en el medio hay procesos por los cuales se van ganando otras cosas. Para mí fue imprescindible haber dado la batalla por la aprobación de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual. Otra cosa: Lula no dio esa batalla, ellos (por el PT brasileño) decidieron no darla, por los argumentos que sea. Y no les fue mejor. Eso no los salvó de un avance por derecha infernal, que por momentos parece más atroz de lo que es en la Argentina, porque la Argentina tiene algunos otros frenos. Frenos que tampoco son naturales. Ni fueron magia, ni salieron de la nada. Tienen que ver con nuestra larguísima historia. Una pregunta: ¿qué hubiéramos hecho si no impulsábamos la ley de medios? ¿Nos tendríamos que haber quedado indiferentes e inmóviles mientras Clarín decidía de qué se trataban nuestras vidas? Y digo Clarín como emblema de muchos otros poderes. No hubo otra opción. No hay opción para los gobiernos que se plantean la dignidad, la soberanía, que no son banderas en abstracto. ¿Qué queremos nosotros? Tener trabajo, estar cerca de las personas que queremos, estudiar si queremos estudiar y si no, hacer otra cosa. Crear. Tener derecho a la belleza. Estas pequeñas cosas de la vida cotidiana, en este mundo en el que vivimos, no vienen dadas. Para conseguirlas hay que luchar por ellas. Y una de nuestras luchas es contra estos poderes tremendos, que se constituyeron como poderes en salas de tortura. ¿Cómo no los íbamos a enfrentar?
-Y si se produjera un ascenso del campo popular y un retorno al Estado, ¿cómo se lidia con esos poderes después de todo lo que ha pasado?
-No sé si la historia argentina es cíclica lo que sí sé es que el tiempo no es lineal. Y que nada empezó solamente con nosotros y que no sabemos dónde terminan las cosas. Yo estoy segura de que este gobierno, y las relaciones de fuerza y de poder que existen en este momento, no son para siempre. En la apertura de las sesiones ordinarias a Macri se lo vio solo. Sin una plaza llena que lo acompañaba con amor. Eso se pudo ver porque en los últimos años hubo otros discursos, con otros presidentes, que sí tuvieron ese marco.
-Para ponerle un poco de humor, ¿usted también está cantando el hit del verano, el MMLPQTP?
-(Risas). No, yo no. Yo no, pero lo celebro.
-Como analista de la comunicación, ¿qué significa la aparición de este cantito que empieza a repetirse en las canchas, en los recitales y en las calles?
-Yo creo que los macristas –algunos, los más limitados– pueden creerse esa idea de que la gestación del cantito fue planificada por el kirchnerismo. Pero los demás, claro, saben que no es así. Imagínese que si el kirchnerismo tuviera el poder como para digitar qué se va a cantar en las canchas, bueno, otra sería la realidad… Eso no pasa. El cantito aparece porque hay algo que se filtra. Por más que ellos, aparentemente, parezcan infalibles y tengan todos los poderes, la realidad muestra que no sólo son falibles sino que además hay algo del orden de lo real que se filtra, que aparece. No puede ser controlado absolutamente. Eso habla del malestar enorme que generan estas políticas.
-Usted conduce el programa de TV “Río Bravo”, que se emite por YouTube, junto al periodista Roberto Caballero. En la militancia kirchnerista se puso el ojo sobre la experiencia de Podemos en España. Un proyecto en el que Pablo Iglesias, Íñigo Errejón y otros dirigentes se hicieron conocidos con la lucha de los indignados en las calles pero también con apariciones en los medios. Y con algunos programas de TV producidos por ellos mismos, como “La Tuerka” o “Fort Apache”. ¿El kirchnerismo puede ser pensado en espejo con Podemos o no tienen nada que ver?
-Puede haber puntos de encuentro. Tiene que haber y, de hecho, los hay. Son experiencias que tienen como horizonte negativo el neoliberalismo. Pero no se puede comparar. Uno podría decir que el kirchnerismo, como fuerza política, gobernó. El kirchnerismo, algo que va a legar a la historia, es la experiencia histórica de que es posible tener un gobierno popular en el Estado. Que el Estado moderno puede ser gobernado por un gobierno popular que transforme radicalmente la vida de las mayorías. Ese es el gran legado del kirchnerismo. Podemos, en cambio, todavía no ha podido construir eso. Tiene una realidad muy distinta. Pero no hay que reducir Podemos a una experiencia audiovisual. Surge con el malestar profundo que genera el neoliberalismo y la falta de respuesta de los sectores políticos. Luego se establecen y tienen una enorme creatividad para conectarse y buscar vías alternativas. Nosotros, en la Argentina, estamos en un momento en el que el ataque a la política también tiene que ver con pedirles a los políticos que vayan a debatir a la TV. No en las cámaras, no en los barrios, no en las unidades básicas. Que las cosas sucedan en la televisión.
-¿Usted cree que los dirigentes kirchneristas deben ir a debatir a Intratables o a los estudios de TN, por ejemplo?
-Yo no tengo una respuesta sobre eso, sobre si hay que ir o no hay que ir. A veces hay que ir, a veces no hay que ir. Lo que estoy segura es que el escenario de la política no puede ser el set de televisión. No puede ser el escenario excluyente. Y menos en estas condiciones. Pero nunca. No puede ser la televisión la que habilite ciertos debates y la que marque las reglas de juego. No podemos ser, los compañeros y las compañeras, quienes empecemos a pensar que por televisión se resuelven algunas cosas que no se resuelven en los barrios o en las plazas. Esto es obvio que así sucede. Por ejemplo, recién hablábamos del malestar con Macri y sus políticas, que aparece en algunos cantitos. Eso no va a aparecer en la televisión. Lo que está sucediendo. De lo que Macri no habló en la mañana del jueves. Y de lo que Vidal tampoco. Lo que sucede en esos términos no aparece en la TV.
-Los Redondos cantaban: “Me voy corriendo a ver qué escribe en mi pared la tribu de mi calle”. Y se quejaban de la “Divina TV Führer”.
-Claro. Pero igual eso no quiere decir no ver tele, ni pasar algún día por algún programa. No digo eso.
-Y hablando de ir o de no ir, ¿estuvo bien Cristina al no asistir a la apertura de las sesiones legislativas?
-No sé, a mí me encanta… ¿Que iba a hacer? Ir a escuchar… Bueno, hay una dimensión, por supuesto, que es institucional. Pero si Cristina algo no es, es hipócrita. No sé cuál ha sido su decisión; ni tengo ni idea las razones, como kirchnerista de base. No seamos hipócritas. Y eso me parece que es una buena señal también.
-Los primeros planos de ella haciendo gestos hubieran sido parte de la transmisión, ¿no?
-Lo hubieran hecho ellos, claro. Tanto si hubiera hecho gestos como si no. Los medios hubieran instalado: “estos son los gestos de Cristina”. A esta altura esta anécdota me parece eso, ni siquiera un dato muy importante.