La madriguera de Lilita
Elisa “Lilita” Carrió utiliza su nueva casa de campo ubicada en el barrio cerrado Chacras de la Cruz, en la localidad de Capilla del Señor, para el armado de sus mediáticas denuncias y donde orquesta la estrategia de sus acusaciones en contacto con su grupo de asesores judiciales, según indicó un informe elaborado por Big Bang News.
La chacra donde habita Lilita está en un lujoso club de campo, a una hora de la ciudad. Desde allí trabajó en varias de sus más recientes denuncias y fue el lugar que eligió, por ejemplo, para su último encuentro con la gobernadora María Eugenia Vidal, una de las macristas que más estima Lilita.
Lilita pasa más de la mitad de la semana allí, convoca a sus asesores, y mudó literalmente su usina de denuncias a ese club de campo.
“Nosotros no podemos verla en otro lado, antes nos reunimos en el partido, pero ahora tenemos que hacer 200 km para juntarnos con ella. Vamos y nos quedamos todo el día trabajando con allá”, confirma uno de sus principales asesores, que se encarga de la estrategia judicial de sus denuncias.
En más de una oportunidad, la diputada nacional de Cambiemos había expresado que era la única legisladora que vivía alquilada pero, evidentemente, la realidad parece ser otra. Otro asesor de Lilita indicó a Bing Bang News que “se quedó sin plata y no puede seguir construyendo su nueva casa. Ella compró un terreno en ese mismo barrio pero sólo pudo hacer algunas paredes, va a seguir viviendo ahí un tiempo antes de mudarse”.
La coqueta propiedad en forma de “L” está emplazada sobre un extenso terreno y cuenta con al menos cuatro ambientes, todos distribuidos en la planta baja.
Lilita no pasó desapercibida ante los vecinos, quienes tuvieron roce con la nueva integrante del vecindario, debido a las obras que la diputada encara, las que no van con las normas “de estilo” de Chacras de la Cruz. En su entorno confirman que la casa la alquiló por menos de 10 mil pesos y que tuvo que restaurarla, desde poner pisos nuevos hasta cambiar las membranas porque se llovía.
La presencia de los custodios también molesta a los demás vecinos del barrio, en particular a las mujeres que se sienten “intimidadas” con la presencia de los hombres de seguridad. “Siempre tiene por los menos dos autos de custodia”, cuentan, molestos, quienes viven cerca de la diputada.
La explicación para tremenda cantidad de custodia es que por una orden judicial, Carrió tiene un séquito de oficial que la custodian día y noche y la acompañan a donde valla. “Tuvo amenazas de muerte por sus denuncias, la Justicia determinó que necesita custodia para velar por su seguridad”, razonan cerca de Carrió.
La diputada disfruta de las mañanas y tardes de caminata por el barrio. Allí aclara su mente y respira aire fresco. Sus recorridas por el barrio se intensificaron durante las últimas dos semanas, cuando debió recuperarse de la baja de potasio que la alejó de su agenda de trabajo.
Por lo general lo hace sola, ya que no tiene muchos amigos dentro del lugar, y tampoco parece añorarlos. Incluso, recién mudada, los vecinos le enviaron un budín de bienvenida que fue recibido por uno de los custodios. Ella nunca lo agradeció.