Policías corruptos, barras-bravas, narcos y ex punteros que ahora son funcionarios platenses componen la “mesa chica” del intendente de la capital bonaerense, quienes se ocupan de una financiera fantasma y de los negocios sucios de uno de los jefes comunales preferidos de María Eugenia Vidal.
Nadie en su sano juicio hubiera imaginado que la gestión del Intendente de La Plata, Julio Garro, llegará a tal punto de convivencia entre el crimen organizado y las prácticas marginales de la “politiquería”.
Desde el inicio de su gestión al frente de la intendencia platense comenzaron a mostrarse las prácticas gansteriles del jefe comunal preferido de la gobernadora provincial, María Eugenia Vidal, cuando diferentes vecinos de la capital bonaerense fueron víctimas de las patotas enviadas para callar cualquier tipo de reclamo en La Plata y sus alrededores.
Pero la olla comenzó a destaparse, tras el “robo” a su country en Gran Bell ocurrido el 2 de marzo pasado. En esa oportunidad, el jefe comunal denunció que en el asalto le sustrajeron 25.000 pesos, una Tablet, joyas de sus hijas y otros objetos, aunque el único detenido en la causa, el policía bonaerense Patricio Masana, luego declaró ante la fiscal Virginia Bravo haberse llevado 4,5 millones de dólares y 700.000 pesos.
Tras el hecho de inseguridad padecido por Garro, el intendente compró en Miami, Estados Unidos, tres lujosos departamentos, según describieron fuentes confiables a Agepeba.
Los rumores en torno al caso indican que no habría sido un asalto, sino un “auto-robo” planeado por el propio Garro para evitar enviar parte del dinero a las arcas negras del PRO en Capital Federal y desviarlo a sus inversiones inmobiliarias en Miami. Y para algunas voces autorizadas respecto de estos asuntos, vinculadas a la densa trama empresarial y de agentes que componen el negocio de la seguridad privada en la provincia y en el país, todo ello es mucho más que un rumor, sabe a certeza, al igual que otros datos que aportaron, siempre en forma reservada.
Esas mismas versiones indican que el policía detenido se habría quedado corto con los millones que declaró ante la fiscal Bravo, ya que el intendente platense habría tenido en el sótano de su casa más de 20 maletines repletos de dólares y pesos, provenientes de las “coimas” pagadas por la empresa recolectora de residuos Esur, los recitales de los Rolling Stones que se realizaron en febrero y los puestos alrededor del Estadio Único que le fueron cedidos a la banda de Juan Pablo “Papupa” Córdoba para la venta de choripanes y droga.
“Papupa”, hijo de un ex policía y barrabrava de Gimnasia, tiene antecedentes penales por narcotráfico y también estuvo preso por el triple crimen de tres agentes en la Planta Transmisora del Ministerio de Seguridad, ocurrido en 2007.
Pero estos no serían los únicos negocios turbios del macrista que hoy está al frente del municipio de La Plata. Su principal fuente de ingresos sería una “financiera fantasma” que creó en sus épocas de diputado provincial con dinero de subsidios y becas que debían ser destinados a ONG.
A cargo del manejo de esa financiera estarían dos funcionarios de extrema confianza de Garro: el administrador general del Hipódromo de La Plata, Sergio Fernández, y secretario de Espacios Públicos y Gestión Ambiental, Juan Ignacio Martínez Ayerra.
Fernández y Martínez Ayerra, que incursionaron en la política como punteros del ex intendente de Malvinas Argentinas, Jesús Cariglino, se acercaron a Garro luego de sus primeros intentos de ser intendente de La Plata y hasta formaron una agrupación peronista de derecha, denominada “28 de Junio”, para apoyarlo.
Desde ese mismo momento habrían empezado a regentar una importante mesa de dinero que se incrementó con préstamos usureros a trabajadores del Ministerio de Educación de la provincia de Buenos Aires.
Hoy, con los puestos municipales que ostentan tanto Fernández como Martínez Ayerra, los fondos fluyen de a millones por mes. “Ellos van a la financiera a fin de mes y se reparten la torta”, dijo a este medio una fuente cercana a los funcionarios.
Los jugosos beneficios que le reporta la financiera explican muchos de los lujos que se permite Garro desde hace varios años: casas en Pinamar y Cariló, inversiones en terrenos de La Plata, autos y camionetas de alta gama, cuatriciclos y lanchas.
Estas complejas telarañas entre política y delito en la provincia se explican desde la trama de complicidades existente entre funcionarios, punteros y dirigentes, y elementos del poder judicial, de las fiscalías, de la policía bonaerense y del Servicio Penitenciario Bonaerense (SPB), que con tanta nitidez quedó expuesta a partir de las investigaciones que hiciera el Senado provincial cuando produjo el Informe Candela, acerca del secuestro y asesinato de la niña Candela Sol Rodríguez, en agosto de 2011.
Las fuentes consultadas para esta nota, algunas provenientes de la misma intendencia de La Plata, otras de la mencionada red de empresarios y agentes de la seguridad privada ha dado cuenta, como lo hizo el Informe Candela, que altos jefes policiales del SPB, provenientes de las influencias del superministro del ex gobernador Daniel Scioli, Ricardo Casal, e incluso de la recientemente renunciada jefa de los fiscales, María del Carmen Falbo; todos ellos deberían ser investigados en relación al origen de las andanzas del intendente Garro.
Mientras nada de eso suceda, los gestos que viene dando la actual gobernadora bonaerense en orden a los sistemas policial, fiscal y penitenciario, quedaran tan solo como eso, como una nueva “generación” de operaciones que tienen por fin seguir ocultando las alcantarillas del poder político provincial, con origen en la pasada dictadura cívico militar – la Bonaerense del general Ramón Camps fue una de sus claves – y sobre las cuales todos los gobiernos sucesivos terminaron en la impotencia o directamente en la complicidad.
Por último, las múltiples fuentes relevadas a Agepeba sostienen que, en ese orden de asuntos vinculados al crimen y a la política, y desde la perspectiva del tablero actual, el que explica las conductas de Garro, que algunos dirigentes de notable participación en las filas políticas del pasado y del presente oficialismo le deben muchas explicaciones a la Justicia y a la sociedad.