Por Luis Sayavedra
Teresa García preside desde diciembre del año pasado el bloque de Senadores de Unidad Ciudadana. Oriunda de San Isidro, lugar donde nació, representa una de las voces más críticas en la Legislatura bonaerense a la gestión de la gobernadora. “Vidal está blindada mediáticamente” dice y retruca: “pretende que los proyectos se discutan de espalda al pueblo”.
En su extensa trayectoria militante, “Tere”, como la llaman sus allegados, ocupó los más diversos roles. Fue diputada provincial entre 1991 y 1999, Secretaria de Producción de la Provincia (2000-2003) y Secretaria del Interior de Nación hasta 2005 cuando asumió como diputada nacional. En el Congreso, intercaló sus mandatos con la designación como Secretaria Parlamentaria del bloque del FPV, tarea que le encomendó la entonces presidenta Cristina Kirchner tras la derrota electoral del 2009. En esa función, fue la interlocutora con la oposición en tiempos donde el kirchnerismo era minoría.
En su despacho del primer piso del edificio del Anexo de Senadores, ubicado en 7 y 49 de la ciudad de La Plata, Teresa García admite que es difícil reacomodarse en “una Legislatura que muchas veces es una campana de madera que no suena en ningún lado”. Acaba de recibir a un grupo de trabajadores despedidos del INTI y afuera, en la calle, resuenan los bombos y los cantos de una marcha de estatales. “Necesitamos una articulación entre la lucha de los trabajadores y nuestras iniciativas para imponer sus reclamos en la agenda política” afirma con seguridad.
En una entrevista exclusiva con Primereando, la titular de la bancada de Unidad Ciudadana plantea su postura con respecto al rol de la oposición. “No me importa la cantidad de bloques, me preocupa cuando esos legisladores votan en contra de la gente. Fueron electos para ser oposición y deberían cumplir ese mandato” asegura.
Además, García se refirió al proceso de unidad en el peronismo de cara al 2019. Reconoce que su visión personal es “políticamente incorrecta”. “No me une nada con aquellos que votaron con el gobierno a favor de los fondos buitres” advierte y plantea que “antes de una unidad formal en un frente electoral, hay que tener acuerdos de fondo”. En ese esquema, valora de manera positiva el acercamiento con dirigentes del Frente Renovador, como Felipe Solá o Daniel Arroyo, que “no quieren seguir siendo parte de la estrategia funcional al gobierno de Macri que encarna Sergio Massa”.
En la última sesión del Senado, lograron que el oficialismo desistiera de tratar sobre tablas algunas iniciativas, como las prórrogas de las emergencias, para ser discutidas en comisión. ¿la idea desde el bloque para este año es que se debatan los proyectos sabiendo que Cambiemos tiene el número para aprobarlos?
Ya lo dijimos en diciembre del año pasado. La conformación de este bloque se inauguró con una serie de proyectos con tratamiento sobre tablas. No habían pasado por ninguna comisión. Lo que planteamos como metodología de trabajo legislativo es que los proyectos de ley tienen que ir a Comisión para ser discutidos. Ellos tienen mayoría en las comisiones. Lo que no quieren es que se exhiban públicamente los temas. Si a ellos los eligieron para gobernar, a nosotros nos eligieron para ser oposición, para controlar en la legislatura y ver las medidas de gobierno que toman. Para eso hay que exhibir los temas, la gente tiene que conocerlos. Es lo que no quisieron hacer en diciembre. Así se llevaron puestas las jubilaciones del Banco Provincia, la aplicación de Ingresos Brutos a las Cooperativas y las modificaciones de la Ley del Ministerio, que implicó el despido de trabajadores del Estado. Nosotros hicimos un fuerte reclamo entendiendo que era la última sesión del año, y además en paralelo con la catástrofe de la Reforma Previsional en Nación y la represión en la calle, que también se reprimió en la ciudad de La Plata mientras nosotros sesionábamos. Así que planteamos con mucha dureza que no íbamos a permitir iniciar un año legislativo sin tratamiento en las comisiones porque es una manera que la gente comprenda y se entere qué proyectos de ley se tratan. Los proyectos de ley o las políticas de Estado no deben ser cuestiones secretas. Criticaban mucho a Cristina por las cadenas nacionales. Fue la única presidenta en la etapa democrática que explicaba las medidas de gobierno porque sabíamos que no iba a salir en ningún medio.
Venís de un rol en el Congreso Nacional donde eras la interlocutora, en representación del oficialismo, con la oposición para que avancen los proyectos, en muchas ocasiones con un escenario adverso siendo minoría. ¿Cómo te reacomodas a este nuevo rol opositor y en un escenario provincial donde muchas veces los temas no impactan en la agenda política?
Tengo muchos años de militancia y gestión provincial. La conozco perfectamente a la Provincia. Siempre escuché un comentario sobre la legislatura de la Provincia que es muy triste, que dice que “es una campana de madera que no suena en ningún lado”. Y efectivamente era cierto, porque grandes atrocidades se han cometido en estos dos años en la Provincia de Buenos Aires. Y en verdad son pocos los lugares donde se hayan reflejado el cierre de escuelas rurales o el Bachillerato de adultos. En Nación la agenda se visibiliza más fácil, porque siempre hay un periodista de un medio nacional, que aún para criticar, se refería a los proyectos que se estaban tratando. Eso tenía un reflejo y la sociedad podía enterarse de las discusiones, como se enteró ahora de la reforma previsional porque hubo legisladores de la oposición que expresaron su postura, eso se reflejó en la calle, y la gente tomó conciencia y es uno de los factores que produjo la caída de imagen del gobierno.
En el caso de la Provincia, hay otra cuestión y es que la gobernadora está blindada mediáticamente. El uso de la pauta publicitaria es enorme. Una gran cantidad de medios no reflejan la opinión de la gobernadora con temas graves, como el ARA San Juan, el escándalo de Triaca, no muestran sus opiniones.
Y también sucede que a veces hay sectores de la oposición que están auto silenciados.
A mí no me importa la cantidad de bloque que haya en la Legislatura de la Provincia. Puede haber 10 bloques del peronismo. Lo que sí me preocupa es cuanto los legisladores de esos bloques votan en contra de los intereses de los trabajadores. Todos esos legisladores fueron en una boleta que la gente eligió para que sean oposición a este gobierno, sino la hubieran votado a María Eugenia Vidal. Sin embargo, el 37 por ciento de los bonaerenses votaron la boleta que encabezaba Cristina. Todos los legisladores deberían cumplir ese mandato. Los eligieron para ser oposición.
¿Por qué crees que esos legisladores que fueron votados por la lista de Unidad Ciudadana hoy acompañan las iniciativas del gobierno?
Por la misma razón que muchos gobernadores que fueron por nuestro espacio, inmediatamente de terminada la elección, empezaron a opinar negativamente del espacio que los llevó a la gobernación como también de la figura de Cristina. Ves a Urtubey (gobernador de Salta) o a Bertone (gobernadora de Tierra del Fuego) en la cumbre de Davos hablando de facilitar la gobernabilidad. Y la pregunta es ¿Cuál es la gobernabilidad cuando tienen a los habitantes de sus provincias hambreados, con menos ingresos por la reforma previsional? Fue un acuerdo político con Macri para obtener recursos que nunca les llegaron. Porque hay que ver la crisis que tiene Tierra Del Fuego. Y además esos acuerdos han sido hechos con el costo de la desgracia de los trabajadores. Entonces, ingresan a la gobernación por un espacio político que manifiesta con claridad lo que quiere para el país, luego se retiran de ese espacio y acuerdan con un gobierno liberal en función de una gobernabilidad para ellos porque nunca le llega al pueblo.
En el caso de la Provincia de Buenos Aires es asimilable a la Nación. Hay intendentes que, por la supuesta gobernabilidad, han firmado la adhesión al pacto fiscal que los van a limitar y obligar a situaciones que van a dejar a los vecinos de sus distritos en muy malas condiciones, en especial los trabajadores del Estado. Con esos acuerdos con Vidal y el Jefe de Gabinete Federico Salvai, no se dan cuenta que van a correr el destino de Bertone, de Urtubey que perdieron las elecciones en sus provincias. El pueblo argentino ha demostrado ser sabio a lo largo de la historia y sabe identificar con claridad quienes están a favor de las necesidades de la gente.
Es cierto que la gestión de Vidal tiene un blindaje mediático. Sin embargo, la gestión Daniel Scioli ha sido mala en muchos aspectos y eso dejó una vara baja, que fue aprovechada por la actual gobernadora para dar respuestas a demandas históricas en la Provincia.
Comparto que la gestión anterior fue pésima. Tuvo muchos recursos del gobierno nacional que no fueron bien utilizados. No se tuvo una política energética en el interior de la Provincia donde existen las cooperativas como prestadoras del servicio. No hubo una política en materia hídrica, actualmente hay sectores de la Provincia que sufren las inundaciones. No se ha tenido una política de mejora de caminos rurales y fundamentalmente no hubo una planificación de un crecimiento productivo. Está muerto el sector lácteo, los tambos de la cuenca del Salado están en crisis. Al no haber una política integral, donde había que fortalecer las regiones que iban creciendo productivamente para mejorar el servicio educativo y de salud, de tal manera de asentar población con igualdad de oportunidades, tenemos una migración de los sectores rurales al segundo cordón de los cascos urbanos hoy empobrecidos. Esto ha sido por falta de política productiva y de integración de la población.
Coincido con que han dejado la vara tan baja que hoy una gobernadora con una sonrisa angelical puede decir: “yo le doy lucha a las mafias”. Y no es verdad. Son distintos sectores de las fuerzas de seguridad que confrontan entre sí, a veces ganan unos. Se desafectan comisarios.
¿No crees que se subestimó la figura de Vidal? Cuando comenzó su gestión, muchos sectores del peronismo planteaban que no conocía la provincia y que no iba a poder gobernarla.
Yo nunca dije eso. Es cierto que quizás no podía conocer acabadamente la Provincia, ella no se dedicó al trabajo territorial en la Provincia. Pero eso no quiere que en 3 meses no pueda conocerla. Basta con estudiarla, ir a las regiones y tener la temperatura del faltante. Muchos sectores del peronismo tuvieron una visión equivocada con respecto a lo que planteas. Yo digo que Vidal es a imagen y semejanza de Macri el mismo modelo en la Provincia. El retiro del Estado en la cosa pública. Me gustaría ver a Vidal acudiendo a la Corte para impedir que la cadena Farmacity, de Mario Quintana, ingresara a la Provincia de Buenos Aires. La Ley de Farmacias es una de las mejores leyes que tenemos. Está atada a la salud pública de manera impecable. El día que entre Farmacity va a poner en riesgo cada farmacia, que hoy es una asistencia en el pueblo donde existe. No entiendo como la gobernadora no defiende los intereses de los bonaerenses. ¿Será que a lo mejor los intereses de Quintana con Macri la condicionan?
¿Es posible generar instancias de articulación con otros sectores de la oposición, como el Frente Renovador, para dar pelea en estos temas?
Es imprescindible que eso suceda. Desde diciembre hay un rumor de que quieren modificar el Instituto de Previsión Social (IPS). Hacer depender el IPS del Anses sería un desastre. He hablado con senadores que no son de nuestro bloque que se han manifestado en contra. Estimo que frente a leyes de tanta envergadura como esas, van a votar correctamente. No creo que haya tanto condicionamiento sobre sus municipios para que tengan que votar con el gobierno.
En el plano político y pensando en las elecciones de 2019, se habla mucho de la necesidad de la unidad del peronismo. Participaste del acto la Pedrera, en San Luis. ¿Qué implica esa unidad, cuál es tu postura?
Soy políticamente incorrecta con el tema. No creo que con la unidad se resuelve el problema. Podemos tener una unidad con todos los sectores del peronismo y sería una oferta electoral interesante. En ese esquema, tendríamos que incluir a los que votaron a favor de los fondos buitres. La desgracia con este gobierno comenzó el día que votaron esa ley y permitieron que el país comenzara a endeudarse nuevamente y el FMI nos volviera a condicionar. Personalmente no me une nada con dirigentes políticos que cuando asumió Macri entendieron que había que acompañar este proceso, inteligentemente, porque ninguno es tonto y sabían que era el camino sin retorno de un camino liberal. Hay dirigentes que dicen que, sin unidad, el peronismo no gana. Yo comparto. Tenemos que estar todos juntos los peronistas, junto a los compañeros de organizaciones sociales y de otras fuerzas políticas que componen Unidad Ciudadana, pero todos los que pensemos que hay que hacer determinadas cosas. Porque imaginemos ganar en 2019 y gobernar con los que creen en caminos distintos. ¿Cuáles son los intereses que van a defender? ¿En base a lo que votaron estos dos años y medio junto al gobierno? Me parece que antes de la unidad formal en un frente electoral, lo que hay discutir es que vamos a hacer con la deuda, si vamos a hacer un plan de pagos similar al de Néstor, cuál va a ser el rol de la industria nacional, que vamos a hacer con las importaciones, tenemos que tener acuerdos de fondo.
Hay muchos dirigentes del peronismo que después de que perdimos las elecciones, repetían como loros que había que terminar con la política de subsidios. Hoy uno de los grandes problemas es que la gente ya no puede pagar semejantes tarifazos.
A mí no me interesa cuantos años de afiliado tiene el compañero con el que discuto, lo que si me importa es que intereses va a defender. Y eso tiene que ver con la unidad del peronismo. Yo descuento que vamos a ir la mayor cantidad de peronistas juntos, todos los que armamos Unidad Ciudadana vamos a estar, y seguramente vendrán compañeros que hoy están con el Frente Renovador y con el PJ más tradicional.
En ese esquema, ¿hay sectores del massismo que pueden llegar a acercarse?
Ya hemos visto algunas intenciones como el caso de Felipe Solá en Capital Federal junto a otros dirigentes compartiendo espacios. El propio Daniel Arroyo. Hay compañeros que hablan con dirigentes del massismo. Porque además de darle vergüenza ser parte de la estrategia funcional al gobierno que encarna Sergio Massa, todos construyen política a futuro y todos saben el futuro que se avecina.
Entonces, pensando en el 2019 ¿Qué tienen que modificar para revertir el escenario político con resultados desfavorables en las últimas dos elecciones?
La apuesta del gobierno es conformar la misma estrategia que tuvo en el 2017, que es desarmar al peronismo, armando un PJ con Florencio Randazzo y otros sectores, apuntando que a que no fueran parte de Unidad Ciudadana, porque necesitan una tercera alternativa para poder ganar. Ellos ven que, en un escenario de tres tercios, pueden ganar en 2019. Nosotros entendemos que el castigo que está sufriendo la gente, con los despidos, los tarifazos y la inflación, va a ser consciente de sus elecciones. Después de que falleció Néstor y con Cristina dando las batallas en el gobierno, sobre todo en la 125, que fue cuando se exhibió la cara del poder económico y que sucede cuando uno quiere construir poder con la sociedad. A partir de ahí, hubo una decisión de terminar con los movimientos nacionales y populares no solo en nuestro país sino en toda la región.
Cuando el poder es transferido al pueblo, los que han concentrado el poder ocultamente durante tantos años, lo pierden. Y es una tensión lógica que se da en la política.
Después hay que corregir errores que hemos tenido. Tendríamos que haber discutido de otra forma el impuesto a las ganancias. Deberíamos haber tenido otro tipo de relación con los sectores gremiales porque los trabajadores son la columna vertebral de este país. Y también una política de comunicación mucho más acorde a los momentos que vivíamos.
No quería dejar de preguntarte sobre el rol de la mujer en la política. Con tantos años de militancia ¿cómo has vivido el machismo en el ámbito político?
El peronismo siempre ha tenido actitudes machistas, sobre todo los sectores sindicales. Fueron muchos años de lucha. En el año 1993 cuando se sancionó la ley de Cupo significó la posibilidad de que sentaran en las bancas el 30 por cientos de las compañeras. Fue un gran avance. Estos últimos años, con el movimiento de mujeres y las enormes movilizaciones se han visibilizado muchos temas. Hace 30 años no se hablaba y no se exhibían públicamente las situaciones de violencia de género. Hoy las jóvenes lo hacen con una naturalidad suprema y eso es maravilloso. En la política está bien claro que las mujeres discutimos a la par de los compañeros. Hay otros lugares donde las mujeres estamos ausentes. En el gobierno de la Provincia de Buenos no hay mujeres en el gabinete. En la justicia tampoco. Ni hablar en las representaciones empresarias, en la UIA o Carbap. Hay una crisis de representación femenina en todos aquellos sectores que no son de la política, porque estamos en batalla permanente hasta que se conquistó el uno y una en la conformación de listas. En los gremios hay una situación similar. Uno ve la cúpula de la CGT y son todos hombres. Sin embargo, cuando se hizo la movilización el año pasado, quienes empezaron a cantar por la fecha del paro fueron 5 mujeres de la UOM. Hay una existencia real de mujeres con mucha fuerza en la construcción diaria de las políticas gremiales que no están reflejadas en los lugares de decisión. En la política lo estamos discutiendo, no nos va mal.