Farsa: Los pizzeros que visitó Macri son empleados públicos
Todo es un gran montaje. Cada movimiento, una puesta en escena. Cada video o foto, un engaño pensado por las usinas de la mentira. Cada gesto, cada discurso, cada palabra, una operación montada desde el catálogo de la autoayuda y la victimización constante.
Hoy quedó al desnudo que la dueña de la pizzería de Maschwitz que el presidente Macri "visitó" hace dos días se llama Verónica Laura Krieger, y trabaja para el Estado en la Superintendencia de Riesgos del Trabajo, pero además es periodista (productora del programa de Chiche Gelblung, por caso, así que sabe bastante bien qué es necesario para una buena puesta en escena), y "ofrece" servicios a agencias y medios de comunicación. Su esposo, Federico Nicotra también trabaja para el Estado en la misma dependencia de la Superintendencia de Riesgos del Trabajo.
Además, el 7 de junio pasado Krieger participó del brindis por el Día del Periodista en Casa Rosada, en compañía de Mauricio Macri y le dejó un agradecido comentario en Facebook. "Hay muchos periodistas trabajando en las distintas reparticiones publicas para mostrar el trabajo del día a día! Merecemos un reconocimiento".
Cuando desde Presidencia de la Nación se ocuparon de viralizar el video de Macri en la pizzería y los humildes comerciantes-pizzeros recibieron críticas en las redes sociales (o eso dicen, porque queda claro que de esta gente hay que desconfiar todo), el Presidente afirmó: "Tenemos que aislar a las personas envilecidas".
Como aquellas fotos en un colectivo parado y custodiado por varios autos oficiales. Como su discurso lastimero recordando "casualmente" el episodio de su secuestro, como cada vez que balbucea algunas palabras siguiendo con prolijidad los guiones que le escriben, queda claro que este gobierno y su principal referente han pasado del absurdo al cinismo: de regreso de un viaje donde le entregaron la soberanía económica y política al FMI, inventan un video para mostrarlo "cerca de la gente" al mismo Presidente que está mandando a la quiebra a los comerciantes y a todos los trabajadores, el mismo que entendió literalmente que debía "seducir" a la titular del FMI… entregándole las llaves de un país que (ojalá así sea) no se traga más el circo.
Fuente: El Disenso, Revista Sudestada