El brutal ajuste que lleva adelante la administración de Macri en el área de salud provocó, en esta oportunidad, la muerte de 14 personas por Hantavirus y más de una veintena de casos confirmados. A la degradación del Ministerio de Salud a Secretaría, el desmantelamiento de áreas abocadas al control y evaluación epidemiológica y el achicamiento del Estado, se sumó el recorte de casi el 30% del presupuestario del Instituto de Salud Carlos Malbrán, donde se realizan el diagnóstico, tratamiento y profilaxis de enfermedades infectocontagiosas.
En los tres años de macrismo, el Instituto sufrió el recorte de la mitad de su presupuesto, no incorporó personal a su planta y en el último año casi no pudo comprar nuevos insumos debido a los errores económicos del Gobierno para controlar el dólar. Además, para atender la demanda que genera el estudio del Hantavirus, la Institución abocó gran parte del personal, lo que generó, si llega a generarse otra epidemia – como puede ser un nuevo brote de dengue como hace dos años –, incertidumbre para su tratamiento.
Además, eliminaron el inciso, dentro del presupuesto con el que cuenta el Malbran, destinado a la refacción y realización de obras. La situación es crítica y desde ATE denunciaron que los investigadores, médicos y científicos del lugar tienen “una mordaza sanitaria” que no los deja hablar con los medios sobre lo que pasa en el día a día.
El secretario adjunto de la Comisión interna de ATE en el Malbrán, Fabián Martín, detalló que “el recorte viene desde el 2016". En esa línea, agregó que "el año pasado no se pudieron hacer las compras de insumos porque, como la licitación en el Estado tarda entre cuatro y cinco meses, cuando se hizo la primera compra, el dólar estaba 18 pesos y cuando se terminó, estaba a 30 y los proveedores no entregaron nada". Ésto se repitió en la segunda compra, que "se inició con un dólar a 30 y a la semana estaba 40, entonces no se presentó nadie”.
Por eso enfatizó que “no entraron insumos” al Instituto ya que todo lo que se utiliza es importado y apuntó que el Ministerio de Salud y Desarrollo Social decidió otorgar “un 13% de aumento presupuestario, cuando la inflación llegó al 50%”, por lo cual el ajuste este año se sentirá más que otros años.
En materia salarial, el representante gremial alertó sobre los bajos salarios de los profesionales, ya que “un técnico recién ingresado cobra 14 mil pesos, mientras que un científico que recién ingresa a la carrera, cobra menos de 25 mil pesos”, frente a una innumerable cantidad de requisitos exigidos para ingresar al Instituto. Estos sueldos se enmarcaron en las últimas cifras que brindó el INDEC, que indicó que una familia tipo necesita más de 20 mil pesos para no ser pobre.
Por el ajuste presupuestario, el Gobierno decidió “no terminar un laboratorio que a mediados de 2015 estaba casi listo y es donde se iba a estudiar el síndrome urémico hemolítico” y aseguró que “desde 2016 que están paralizadas las obras”. “Nosotros necesitamos mantenimiento constante, provisión de materia eléctrica hasta reparaciones básicas pero no hay dinero, entonces todo ese tipo de estructura nueva que necesita la institución y el mantenimiento no se está realizando desde hace tres años”,puntualizó Martin.
Asimismo, advirtió que “es constante el ajuste" y reveló: “Cuando fuimos a hablar con las autoridades del ex Ministerio de Salud, cuando estaba Jorge Lemus y ahora con Ricardo Rubinstein, nos dijeron que tienen las manos atadas porque las asignaciones y ampliaciones presupuestarias las decide el Ministerio de Modernización”.
Fuente: El Destape