Días atrás se supo la noticia de un nuevo nieto. Lo anunció la Asociación Abuelas de Plaza de Mayo en redes. Este jueves al medio día, la titular de Abuelas, Estela de Carlotto, lo hizo oficial. "Hoy las Abuelas le damos la bienvenida", dijo Carlotto, sentada al lado de dijo Javier Matías Darroux Mijalchuk. "Es un hermoso día”, detalló.
El nieto 130 es hijo de Elena Mijalchuk y Juan Manuel Darroux. Sus padres fueron desaparecidos por la dictadura militar en diciembre de 1977. Sin embargo, su tío nunca dejó de buscarlo y después de 42 años, este jueves se pudieron abrazar gracias a la lucha de las Abuelas de Plaza de Mayo.
"Me resistía a acercarme a Abuelas porque estaba bien con quién era, o eso creía, pero a fines de 2006 entendí que si buscar mi identidad no era tan importante para mí no podía ser tan egoísta porque del otro lado podía haber personas buscándome", dijo Javier Matías.
En otro fragmento, el nieto 130 mencionó a Claudia Carlotto titular de la Comisión Nacional por el Derecho a La Identidad, al abogado Pablo Lachener, al fiscal Pablo Parenti, a muchos nietos y Abuelas que lo acompañaron en este camino e hizo un llamado público: "Los invito a juntar coraje y acercarse a Abuelas. El derecho a la identidad no se negocia, no se abandona y no se olvida", afirmó.
La historia de Javier, está ligada al conurbano ya que su padre, Juan Manuel Darroux trabajó en la prefectura entre diciembre de 1961 y junio de 1966, y realizó tareas administrativas en la Universidad de Morón entre 1969 y 1975.
Por su parte, según consta en el legajo de la Universidad, su madre, Elena Mijalchuk que estudiaba para contadora en esa casa de estudios, rindió su primera materia en 1969 y la última en 1975.
La pareja de Javier y sus amigos le insistieron para que se hiciera los estudios y así poder tener la certeza de si era o no hijo de desaparecidos.
A fines de los 80 las familias Mijalchuk y Darroux pidieron a la justicia la presunción de fallecimiento de Elena y Juan Manuel, pero recién en mayo de 1999 Roberto Mijalchuk denunció la desaparición de su hermana embarazada, su cuñado y su sobrino.
A partir de esa presentación, la Comisión Nacional por el Derecho a la Identidad (CONADI) abrió un nuevo legajo y comenzó a investigar el caso. Las muestras de sangre de ambas familias se incorporaron al Banco Nacional de Datos Genéticos.
Según informó Página12, en octubre de 2016 el Banco informó que el perfil del hombre coincidía con el de la familia Darroux Mijalchuk. Javier conoció a su familia. Pero no había datos sobre sus padres.
Como a muchos desaparecidos, nadie los había visto en ningún centro clandestino de detención. Pero tampoco había información acerca de alguna actividad de militancia. La CONADI derivó el caso a la Unidad Fiscal Especializada para Casos de Apropiación de Niños para profundizar la investigación, que continuó investigando, y eso demoró la comunicación pública de esta restitución. "Esperamos que alguien viendo las fotos de mis padres puedan acercar un dato, algo sobre ellos", pidió Javier Matías.