La automotriz alemana Volkswagen anunció el despido de 300 empleados en Argentina, una decisión que resalta la ausencia de políticas industriales eficaces en el país.
Recientemente, la automotriz alemana Volkswagen anunció el despido de 300 empleados en Argentina, una decisión que resalta la ausencia de políticas industriales eficaces en el país donde el presidente Milei descree de las politicas de promocion industrial. Mientras tanto, la misma empresa reveló un plan de inversión multimillonaria en Brasil, lo que pone de manifiesto las diferencias en la gestión económica entre ambos países.
Volkswagen destinará 2.350 millones de dólares en Brasil hasta 2028, un país que, bajo la administración de Lula da Silva, ha demostrado un manejo exitoso de su economía, atrayendo inversiones extranjeras y promoviendo el desarrollo industrial. La inversión tiene como objetivo la ampliación de operaciones en Brasil, incluyendo la creación de nuevas instalaciones en São Paulo para proyectos innovadores, como un vehículo híbrido destinado al mercado latinoamericano.
Además, la firma planea lanzar un sucesor del Gol, una nueva pickup que se ubicará entre la Saveiro y la Amarok, y un tercer producto aún no revelado. Se espera que hasta 2028, Volkswagen haya invertido 2.900 millones de dólares en Brasil, lanzando al menos 16 nuevos vehículos en la región, muchos de ellos eléctricos, lo que subraya el compromiso del país con la modernización industrial.
Estos despidos, descritos por los trabajadores como “involuntarios”, reflejan la incapacidad del Gobierno Libertario para ofrecer un entorno económico que proteja y promueva el empleo industrial. La situación se agrava por la falta de una política industrial robusta que permita a empresas como Volkswagen operar de manera sostenible, manteniendo los puestos de trabajo.
El comunicado oficial de Volkswagen en Argentina menciona la necesidad de “adecuar la estructura de las plantas a la nueva situación del mercado local y de exportación“, un eufemismo que esconde la crisis industrial en la que se encuentra el país. A pesar de los esfuerzos de la empresa por tranquilizar a los empleados y garantizar la continuidad de las operaciones, la realidad es que la industria automotriz en Argentina está luchando por sobrevivir, en gran parte debido a la falta de políticas claras y efectivas por parte del gobierno.
En resumen, mientras Argentina sigue sin ofrecer un marco que incentive la inversión y proteja el empleo, Brasil, bajo la administración de Lula da Silva, continúa siendo un destino atractivo para la inversión extranjera, gracias a su enfoque en el desarrollo económico e industrial. La decisión de Volkswagen de despedir a cientos de empleados en Argentina mientras invierte miles de millones en Brasil es un claro reflejo de estas diferencias.