La recesión hace colapsar a la clase media : el 80% redujo el consumo de carne y 48% no puede comprar medicamentos

El desplome del poder adquisitivo está obligando a gran parte de la clase media argentina a adoptar drásticas medidas para sobrevivir y llegar a fin de mes, recortando actividades que antes eran parte de su vida cotidiana.

Recortes en la vida cotidiana

La clase media está inmersa en lo que se ha llamado una “economía de guerra”, un escenario donde el recorte de gastos es la única forma de subsistencia. Los “gustitos”, como las reuniones sociales, las actividades recreativas o los servicios que antes eran habituales, se han convertido en lujos inalcanzables. Un estudio de la consultora Moiguer revela que el 80% de los argentinos de clase media ha reducido o eliminado los tradicionales asados con amigos y familiares. De este grupo, el 43% ha disminuido la frecuencia de estas reuniones, mientras que un 37% directamente dejó de hacerlas. Incluso, el 17% de los encuestados señaló que ya no puede comprar carne para comer al menos dos veces por semana.

El ajuste no se detiene ahí. Las salidas a tomar un café o un helado han disminuido en un 80%, mientras que las actividades deportivas, esenciales para el bienestar físico y emocional, se han retraído en un 75%. Estas cifras no solo muestran una reducción en el consumo, sino que reflejan el impacto directo en los hábitos sociales y la convivencia con seres queridos.

Afectación de necesidades básicas

El panorama es aún más desalentador cuando se observa que el 48% de los encuestados ha reducido o eliminado la compra de medicamentos, un dato alarmante que evidencia cómo la crisis está afectando la atención a la salud. La incapacidad de acceder a necesidades básicas como la alimentación y los cuidados médicos es un claro indicador del deterioro económico de la clase media.

Crisis de los bolsillos y el endeudamiento creciente

El 55% de los argentinos ha tenido que recurrir a sus ahorros para hacer frente a los gastos mensuales, y un 52% declara tener deudas, lo que supone un aumento de 10 puntos porcentuales en comparación con el año pasado. Esta situación de crisis se refleja en que el 69% considera que sus ingresos son insuficientes para cubrir las necesidades del hogar, lo que ha llevado al 45% a aumentar sus horas de trabajo o a buscar empleos adicionales para generar más ingresos.

En promedio, el gasto en compras del presupuesto habitual del hogar ha disminuido un 67%, mientras que en los sectores de menores ingresos esta reducción asciende al 77%. La clase media, que solía ser un motor de la economía, ahora enfrenta un colapso financiero que no solo erosiona su poder adquisitivo, sino también su calidad de vida y estabilidad emocional.

Esta “economía de guerra” ha dejado al descubierto el desgaste progresivo de la clase media, que lucha por adaptarse a una realidad cada vez más difícil mientras el gobierno promete una recuperación que nadie ve y que cada vez parece más distante.

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