Conurbano monÃĄrquico

Está claro para cualquier espectador de la política que el Conurbano es una tierra regada de intrigas y traiciones políticas. Los Barones del Conurbano lo saben mejor que nadie porque suelen ser ellos quienes motorizan los cambios de camiseta que dejan caídos en las batallas electorales.

Un efecto colateral de su ideología laxa y su lealtad atada con alambre, es la falta de confianza que también muestran al interior de sus armados políticos. Pocos son los que tienen agrupaciones fiables con las que evalúan los pasos a seguir y definen la política a implementar.

El personalismo de sus gobiernos, que no conoce de certezas hacia los de arriba, pero tampoco hacia los de abajo, genera un terreno fangoso que los lleva a no contar con hombres en los que depositar la confianza necesaria para ocupar cargos sensibles de toma de decisiones. Y el resultado es que suelen recurrir a su propio linaje para no ser víctimas de desacato.

Muestras sobran. Para comenzar por el sur del Conurbano vale recordar que Juan José Mussi, luego de haber dejado el municipio de Berazategui para jugar política nacional y sufrir más de una rebelión en la granja, depositó en su hijo Juan Patricio el cargo para no volver a pasar por un mal trago.

A su lado, en Quilmes, Francisco "Barba" Gutierrez, único alcalde que logró ser reelecto en las tierras de la cerveza, apostó por su hijo David para que encabece la lista de concejales de cara a su tercer período de gestión. Además su mujer, Evangelina, es parte de su gestión y desde Cultura centraliza varias de las actividades municipales.

En Ezeiza no es muy distinto. Es que el eterno Alejandro Granados como heredera de su trono dejó a Isabel Beatriz Visconti, más conocida como Dulce Granados, su mujer. Ella le cuida el pago chico mientras el "Sheriff" hace política provincial.

Algo similar ocurre en el oeste. En Ituzaingó Alberto Descalzo decidió que quien lidere la nómina de concejales sea su hijo Pablo, para ser quien lo releve en caso de acceder a un puesto en una hipotética gestión de Daniel Scioli.

Lo mismo hizo, aunque con otra suerte porque fue derrotado en las urnas, Raúl Othacehé. El "Vasco", que no tendrá un nuevo mandato, puso como candidato a primer concejal a su hijo con la intención de que presida el concejo deliberante local. Aunque en Merlo esto no es nuevo. En el concejo merlense ya está uno de los hijos de Othacehé y su esposa.

En Morón el mando pasará entre hermanos. Separados por el mandato de Lucas Ghi, la agrupación de Martín Sabbatella promueve la candidatura de Hernán Sabbatella, el hermano del titular del AFSCA por lo que la cosa queda en familia.

También en Tigre hay heredera. Se trata de Malena Galmarini que sigue de cerca la gestión de Julio Zamora, con quien tiene constantes roces, para cuidar el armado que dejó su marido al iniciar su aventura por la presidencia.

En tiempos de traiciones, en el conurbano rigen los lazos de sangre. Bienvenidos a las monarquías modernas.

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