Oficina de un intendente del conurbano Sur. Suena el teléfono. Atiende y queda atónito. Del otro de la línea estaba estaba Jorge Bergolgio. El llamado desde el Vaticano tenía como fin felicitarlo personalmente y darle su respaldo en la lucha contra las mafias en el distrito.

El actor en cuestión es Fernando Gray, jefe comunal de Esteban Echeverría, que con el apoyo de la comunidad, organizaciones sociales y buena parte de la iglesia encaró una fuerte campaña para erradicar prostíbulos, combatir la trata, la droga y el juego clandestino.

"Vos seguí que nosotros te vamos a apoyar", soltó el líder de la comunidad religiosa más importante de occidente.

Pero el accionar del Papa, en su rol de Jorge Bergolgio, no es nuevo en la Provincia. El Sumo Pontífice sigue de cerca lo que ocurre, fundamentalmente en el conurbano profundo, y mantiene fluidos lazos con distintos actores sociales que suelen ser su nexo con las gestiones.

De hecho los lineamientos del viejo continente fueron los que llevaron a 9 intendentes, entre ellos Gray, a sellar hace unos días el denominado "Pacto de San Antonio de Padua" para combatir el avance del narcotráfico.

Con el "Pacto", que algunos ya operan para ampliar el número de firmantes, los jefes comunales se comprometieron a luchar contra el narcotráfico, el trabajo infantil y a elevar una política de cuidado del medio ambiente. Esos son los tres ejes pedidos por el Sumo Pontífice.

Entre los que visitan a dirigentes para marcar los lineamientos del Vaticano se encuentra Gustavo Vera. El amigo del Papa, y titular de la ONG "La Alameda" que lucha contra la trata y la explotación laboral, se reunió en las últimas horas con Gustavo Menendez para transmitir las intenciones de Francisco.

La idea del Vaticano es hacer avanzar el Pacto de Padua y conseguir que, desde abajo, que esos sean los lineamientos que siga la gestión de María Eugenia Vidal con la que tiene pocos lazos concretos.