El famoso escritor Martín Caparrós que vive en Barcelona desde hace unos años y suele ser crítico con Cambiemos y con el kirchnerismo, destrozó al Gobierno a través de Twitter al comparar a la Argentina con Venezuela.
Por otro lado, en una nota publicada el 7 de diciembre en el New York Times donde se pregunta por la tragedia del ARA San Juan y el futuro de las fuerzas armadas, deslizó más críticas hacia el Gobierno.
"Cuando lo mataron, Rafael Nahuel tenía 22 años y participaba —dijo la Prefectura— de la toma de un cerro en un Parque Nacional de los Andes patagónicos junto con miembros de un pequeño grupo llamado RAM: Resistencia Ancestral Mapuche. Los mapuches son el grupo étnico que vivía en la Patagonia cuando el Estado argentino la ocupó por la fuerza en el siglo XIX; ahora más de cien mil de sus descendientes siguen en la zona, son pobres y nadie sabe bien qué hacer con ellos."
"Un enemigo organiza a quienes lo enfrentan, los cohesiona aunque sean heterogéneos, les presta un sentido de propósito. Ahora, para volver a crear la sensación de que necesita a sus fuerzas armadas, la Argentina ha producido un enemigo nuevo."
"El 25 de noviembre, mientras en Buenos Aires enterraban a Santiago Maldonado —la otra víctima del conflicto mapuche—, Rafael Nahuel recibió un tiro en una nalga y murió horas más tarde; la bala de 9 milímetros era de las que usan los comandos de la Prefectura. El gobierno habló de un “enfrentamiento”; las pericias, después, mostraron que ni Nahuel ni sus compañeros tenían rastros de pólvora en las manos: que no estaban armados."
"No importa que sus acciones hayan sido menores: que ocuparan sin violencia algunos predios e incendiaran cuatro o cinco casas aisladas en la Patagonia —evacuando a sus ocupantes para no dañarlos—. No importa que no hayan matado a nadie: que, hasta ahora, los únicos muertos desde que empezó su “terrorismo” fueran dos “terroristas”."
"Así que miles de voces se levantan para pedir que el Estado los acabe. Ese es el problema central: la resurrección de una idea que parecía enterrada. Ahora tantos dicen que si un cuerpo represivo ve a un terrorista, a un enemigo en situación hostil, está bien que lo mate; no piensan esa muerte como un error o un último pésimo recurso, sino como un castigo justo: ellos se lo buscaron. Lo apoyan, lo aplauden.
"El gobierno hace su parte: cuando le pidieron que investigara la muerte de Nahuel, la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, dijo que “nosotros no tenemos que probar lo que hacen las fuerzas de seguridad. Nosotros le damos a la versión que nos da la Prefectura carácter de verdad”. Nada en la historia argentina la sustenta. Todo, en cambio, advierte sobre el riesgo de que el Estado justifique y aliente su propia violencia."
"En la Argentina ha aflorado, en estos días, esa fracción —numerosa, defensora del partido de gobierno— que pide bala: una fracción que quiere una pena de muerte que no tenga que pasar por la vergüenza de decir que existe."