A la suba poselectoral del precio de los combustibles, se suman incrementos del 100% en el agua, del 50% en el gas y de otro 50% en el teléfono. El impacto ya se ve en las góndolas.

“Vamos a tener un fin de año complicado”, aseguró el titular de la Asociación de Defensa de los Derechos de los Usuarios y Consumidores (ADDUC), Osvaldo Bassano, al analizar los aumentos que se vienen tras el incremento de entre el 10% y el 12% en el precio del combustible y su posterior traslado al transporte.

Bassano confirmó que las boletas del servicio de agua llegará “con una suba de hasta el 100 por ciento”, mientras que la próxima boleta de gas “va a tener el 50 por ciento de suba que nos partieron en la boleta en agosto”, por lo tanto, “va a haber boletas abultadas”.

“El teléfono fijo, que ya no es servicio público, aumentó entre un 200 y un 300 y es posible que haya un 50 por ciento más de aumento”, sostuvo el titular de ADDUC y estimó que el cable puede aumentar “en cuanto se les ocurra”, lo que va a significar que “aumente internet y todos los servicios”.

También mencionó que el aumento de los combustibles se trasladará al transporte y ahí se podrá ver también el impacto “en las góndolas”.

De hecho, al anunciarse nuevas subas en los servicios como gas y luz, muchos comerciantes ya se ampararon y remarcaron los alimentos. “Si bien los primeros días de noviembre estarán los resultados, ya observamos que hubo incrementos”, señaló Javier Schnitman, director de Seguimiento de Precios de la provincia de Entre Ríos.

Los consumidores ya están en estado de alerta porque en los supermercados y autoservicios observan que remarcaron hasta en un 10 por ciento productos básicos de la canasta familiar, al igual que otros comercios minoristas, como almacenes y kioscos.