Si bien el macrismo adoptó un discurso contrario a las posturas económicas más ortodoxas o neoliberales, algunos dichos y conductas parlamentarias agitan el fantasma del arancelamiento universitario. Un miedo que afectaría especialmente a la provincia, donde se multiplicaron las universidades públicas en los últimos años.

"Es bueno tener universidades, éstas deben tener un determinado nivel académico garantizado y deben tener un nivel de dispersión en el territorio todo nacional. No es que cada municipio tiene que tener su universidad, porque las universidades no tienen que ser municipales, tienen que ser nacionales", dijo Patricia Bullrich a radio América.

La diputada agregó que si son gobierno van a "garantizar que todos los alumnos que quieran estudiar lo puedan hacer en universidades lo más cerca posible de su domicilio", y dejó claro que la gratuidad de las universidades no es un tema que esté en discusión en Argentina.

Por otro lado, la semana pasada el Senado dio la media sanción que faltaba para convertir en ley el proyecto de Responsabilidad del Estado en la Educación Superior, que establece la gratuidad de los estudios superiores, fijando al mismo tiempo la prohibición de cualquier tipo de tarifa directa o indirecta.

El principal cambio es la inclusión del artículo 2 bis, que establece la "prohibición de establecer cualquier tipo de gravamen, tasa, impuesto, arancel o tarifa" sobre las carreras de grado en las universidades públicas.

La senadora del PRO Gabriela Michetti había avisado una semana antes que su partido votaría en contra. Michetti se retiró de la sesión al momento de votar y –según dijo la diputada del FpV Adriana Puiggrós– los miembros restantes de su bancada “se disfrazaron como se disfraza Mauricio Macri de nacional popular, de peronista, se quedaron en el recinto y no tuvieron otra que votar a favor, porque hubiera sido un escándalo”.

El macrismo sí votó en contra de la iniciativa cuando fue tratada en la Cámara de Diputados, en 2013.

A su vez, el ex senador nacional y dirigente del Movimiento Nacional Alfonsinista-Forja, Leopoldo Moreau, sostuvo que Mauricio Macri quiere arancelar la universidad pública y está en contra de la gratuidad educativa.

Octavio Frigerio, padre de Rogelio Frigerio, actual presidente del Banco Ciudad y posible ministro de Infraestructura del líder del PRO, Mauricio Macri, en caso de llegar a la Presidencia, formuló esos cuestionamientos a la enseñanza gratuita durante una charla con empresarios, en San Fernando.

Allí consideró que "la política universitaria que hoy existe es la del más reaccionario y antiprogresista de los subsidios, que es el de la gratuidad, entre comillas, universitaria".

En su alocución, a la que puede accederse a través de www.zonanortediario.com.ar, Frigerio reconoció que este tema "no va a ser planteado hoy, por el momento político, pero en cambio sí va a ser planteado con decisión la necesidad de que para entrar a la universidad se satisfagan determinados requisitos mínimos de calidad académica".

Explicó que así podría evitarse "esta colosal y cuantiosa frustración de tantos jóvenes argentinos que abandonan sus estudios universitarios entre el primer y el segundo año y que determina que la Argentina sea uno de los países más baja relación los egresados y los ingresantes".

"Me parece útil mencionar el ejemplo de las políticas universitarias, que con frecuencia en este país donde hay un sector que cultiva el progresismo de importación han sido orígenes de crisis", afirmó y añadió que "la política universitaria que hoy existe es la del más reaccionario y antiprogresista de los subsidios, que es el de la gratuidad, entre comillas, universitaria".

Añadió que "es un sistema de la universidad pública cuyos beneficiarios son estrictamente los sectores medios y altos de la sociedad, ya que los sectores bajos empiezan por no tener acceso a la posibilidad de terminar su secundario, que es un requisito formal insoslayable para ingresar a la universidad".

"Pero acá hay un tema de oportunidad política ¿Es este un tema para plantear hoy? Obviamente no lo es y no va a ser planteado hoy. Pero en cambio sí va a ser planteado con decisión la necesidad de que para entrar a la universidad se satisfagan determinados requisitos mínimos de calidad académica, que suponen lo que se hace en cualquier país normal del mundo que no siga la extravagancia argentina, que es un examen de ingreso", concluyó.