“Es muy difícil informarse hoy en la Argentina”
Primereando las Noticias (PLN) entrevistó a Nicolás Tereschuk (periodista y politólogo), Fabián Rodríguez (docente y periodista) y a Tomás Aguerre (politólogo) para analizar lo que pasó con un artículo de PLN sobre el acuerdo del Gobierno con el FMI que fue censurado por la red social Facebook. La decisión de Facebook se basó en un análisis de la organización Chequeado, que decidió que se trataba de una "noticia falsa". La nota fue restringida en su circulación. Hoy, la red Twitter decidió suspender la cuenta de El Destape, que viene investigando al macrismo por los aportantes truchos.
Nicolás Tereschuk: "Es muy difícil informarse hoy en la Argentina"
– ¿Qué opina sobre la decisión que tomaron Facebook y Chequeado sobre un artículo de Primereando?
– Por un lado, me parece que hay que enmarar este problema con todos los que viene enfrentando Facebook sobre todo desde hace dos años. Vimos por un lado el problema de robo de información privada de los usuarios para campañas políticas, que derivó en el escándalo de la consultora Cambridge Analytica en Gran Bretaña. A esto se sumó la cuestión de la proliferación de las "fake news" en el marco de la campaña electoral de Trump. Me parece que en todos los casos, de todos modos, Facebook redobla la apuesta "cerrando" la información en función de los intereses de grandes elites, acrecentando la "verticalidad" de la red y aplicando más controles o mecanismos que muchas veces hace más dificultoso informarse de manera amplia.
Me hace acordar a lo que ocurre a nivel del ecosistema mediático por parte del Gobierno nacional. Es decir, plantear que había un problema en cómo manejaba el gobierno anterior la comunicación (por ejemplo, expresando una serie de posiciones a través de los medios públicos). A partir de ese diagnóstico, promueve no sólo una mayor concentración mediática, sino también cierre de medios que ofrecían información más "imparcial". Pienso por ejemplo que mientras escribo esto, la agencia estatal Télam no funciona por estar inmersa en un fortísimo conflicto gremial y que la agencia privada DyN cerró. Observamos también el cierre o crisis de radios. La circulación de información se hace más complicada, es mucho más difícil informarse hoy desde diversas fuentes que hace un par de años.
-¿Qué va a pasar con la libertad de expresión en tiempos de redes sociales controladas por empresas que son todavía más poderosas que los medios de comunicación? ¿Quién va a regular eso?
– Como mencionaba, me parece que este cierre informativo funciona muchas veces en espejo con lo que está pasando a nivel del sistema de medios. Es muy difícil informarse hoy en la Argentina.
A esto hay que agregarle que el Gobierno promueve un tipo de alianza fuerte con estas empresas de las redes. Es decir, no hay una idea general de que el Estado deba mantener distancia con los servicios o canales de información que brindan, sino plantear una alianza estratégica.
También hay múltiples vínculos con gobiernos extrajeros y con ONGs, en el marco de lo que es la difusión de información por parte del oficialismo.
– ¿Cómo ves que organizaciones privadas se pongan a definir lo que es verdad o mentira tanto en redes sociales como en medios de comunicación, y que a partir de eso intenten influir sobre lo que se publica o deja de publicar?
– Por lo pronto, lo que hay en este caso es una situación opaca ¿Cómo es el mecanismo para dar debaja una noticia? ¿Qué tarea realiza la ONG, qué hace Facebook, cómo es el acuerdo? Es un "acuerdo entre privados" que termina influyendo en la circulación de información pública. Un primer paso debería ser el de transparentar este tipo de acuerdos y que haya mecanismos claros para saber cómo funcionan.
Tomás Aguerre: "Sabemos muy poco del convenio que firmaron Chequeado y Facebook"
– Una reflexión de lo que pasó con la restricción por parte de Facebook de un artículo crítico del gobierno, a partir de un acuerdo que tiene con la organización Chequeado para "evitar" la proliferación de fakes news.
En el caso particular de lo que ocurrió con la noticia del FGS y el Fondo, creo que lo que ocurrió fue que Chequeado intentó hacer "fact checking" a un título que interpretaba las posibles consecuencias de la implementación del acuerdo entre el gobierno de Macri y el Fondo Monetario Internacional. La idea de que los títulos de las noticias, en la actualidad, simplemente deben reflejar "hechos objetivos" por lo menos es problemática en varios aspectos. Tan es así que, días posteriores, se conoció la letra chica del acuerdo con el Fondo y la propuesta de desprenderse de acciones del FGS aparece. Pero me parece que hubiera sido problemático también aún cuando al final no hubiera aparecido ese acuerdo respaldando lo que decía el sitio Primereando. Lo que hay es un problema con el criterio de selección: cuando se hace fact checking tiene que haber mucho cuidado y unas reglas muy claras respecto a qué cosas son pasibles de ser "chequeadas" y qué cosas son materia de interpretación. En este caso me pareció que eso quedó difuso y ahí vino el problema.
– ¿Qué puede pasar con la libertad de expresión?
– El segundo problema que dejó ver este caso fue la falta de información. Lo único que conocemos respecto al convenio que se firmó entre Chequeado y Facebook es un post que publicó Chequeado contando de qué se trataba el acuerdo. De allí podemos inferir algunos de los puntos del acuerdo, como por ejemplo cuáles son los criterios de selección que utiliza Chequeado, pero hay toda una parte del proceso sobre la que estamos ciegos. Por ejemplo, qué es lo que pasa con una noticia cuando Chequeado considera que le cabe la etiqueTa de "falsa" de acuerdo a sus criterios. A partir de ahí se abre un abanico de posibilidades de los que desconocemos todo: según Chequeado, Facebook podría restringir su circulación orgánica. Pero no tenemos ningún tipo de información por parte de Facebook de qué significa eso, cómo se implementa, quiénes o cómo se toman esas decisiones. Entonces ya deja de ser un problema específicamente de si coincidimos o no con los criterios de chequeo que se utilizan sino directamente un problema de falta de información.
En un país en el que, según la encuesta de Reuters y YouGov, un 60% de los que consumimos noticias online ponemos a Facebook como la primera fuente, me parece que constituye un tema que hay que atender vinculado a la libertad de expresión e información.
– ¿Cómo ves que organizaciones privadas se pongan a definir lo que es verdad o mentira tanto en redes sociales como en medios de comunicación?
– Respecto a la primera parte, creo que es importante que existan organizaciones que hacen fact checking sobre las noticias que se publican. Al mismo tiempo, me parece fundamental que queden expuestos y claros al público cuáles son los criterios de chequeo, por un lado, y los criterios de selección de las noticias que se van a chequear, por el otro. Fundamentalmente, me parece importante que quede lo suficientemente clara la línea que delimita un dato pasible de ser chequeado de una opinión o de una interpretación sobre un hecho. Lo primero es chequeable; lo segundo, no. Puede ser discutible desde el punto de vista política, ideológico o partidario, en todo caso.
Como entiendo que esa línea muchas veces es difusa lo que creo que debería ocurrir es que no exista la posibilidad de restringir contenido a través de una plataforma tan masiva como Facebook. Por supuesto que la difusión de noticias falsas es un problema, acá y en el mundo, pero no me parece la solución un acuerdo entre dos privados para controlar previamente la información a la que pueden acceder los y las ciudadanas. Me parece menos riesgosa la solución dar toda la información posible al público para que sea esta quien defina de acuerdo a sus intereses y su visión del mundo.
Fabián Rodríguez: "No se puede restringir el libre acceso a la información, como se prentendió hacer con la publicación de Primereando"
– Una reflexión de lo que pasó con la restricción por parte de Facebook de un artículo crítico del gobierno, a partir de un acuerdo que tiene con la organización Chequeado para "evitar" la proliferación de fakes news.
El debate sobre las noticias falsas (o fake news) es bastante reciente, si lo medimos en los tiempos en los que hay que medir este tipo discusiones. Por lo tanto, arrogarse una definición al respecto me parece, como mínimo, un acto de soberbia. Y los actos de soberbia suelen desembocar en errores, algunos más graves que otros. Está claro que si yo escribo "El Gobierno fue felicitado por la titular del Comité contra las Desapariciones Forzadas", y a las pocas horas la presidenta del organismo mencionado me desmiente por Twitter, es que publiqué una noticia falsa. Pero si publico lo que para mí va a pasar con el FGS a partir del acuerdo con el FMI, estoy haciendo una interpretación de lo que yo creo que va a ocurrir en el futuro. En todo caso me desmentirá la realidad dentro de unos años, pero nadie puede decirme hoy, que estoy mintiendo. En este caso puntual, la ONG Chequeado creyó tener el "fakemómetro" y no sólo se equivocó, porque la noticia señalada como "falsa" no lo era, sino que además cometió un acto de censura, el peor de los errores que se pueden cometer en el territorio de la opinión pública.
– ¿Cuál es el riesgo para la libertad de expresión?
Me preocupa la influencia creciente que tiene el gobierno argentino tanto en los medios tradicionales como en las redes sociales. Creo que el Congreso debería generar herramientas para que al menos alguien tenga que dar explicaciones, empezando por el presupuesto de publicidad oficial que se invierte en Facebook, Youtube (Google) y Twitter. Asimismo, las organizaciones políticas y sociales deberían pedir que, así como sus balances son examinados con lupa por los organismos de gobierno (AFIP, IGJ, etc), también las ONG rindan cuentas públicas respecto de sus fuentes de financiamiento y la relación que tienen con empresas y gobiernos extranjeros. Para todos todo, sino no vale.
– ¿Cómo ves que organizaciones privadas se pongan a definir lo que es verdad o mentira tanto en redes sociales como en medios de comunicación?
– Es saludable para cualquier democracia que se debata el discurso público. Es algo bienvenido y necesario. Sin embargo, ningún acuerdo entre privados, por más bien intencionado que sea, puede ser la solución para combatir la desinformación. Y menos si ese convenio se adjudica la potestad de decidir cuales son las noticias que pueden circular masivamente a través de las redes sociales y cuales no. Así como después de muchos años la sociedad encontró herramientas para poner en cuestión a los medios de comunicación tradicionales, hay que fomentar mecanismos para que suceda lo mismo con las redes. Pero nunca restringir el libre acceso a la información, como se prentendió hacer en el caso de Chequeado y Facebook con la publicación de Primereando.