El retorno de Martín Insaurralde al kirchnerismo le significó fortísimas acusaciones internas, incluso de altos funcionarios del propio gobierno nacional. Aníbal Fernández, con su soltura habitual, no se fue con eufemismos, con su frase: “el tipo se cagó en todo el mundo”. Pero sus largos coqueteos con el Frente Renovador no parecen haber hecho mella en su vínculo con Daniel Scioli.
Ayer el intendente hizo declaraciones radicales en las que evitó confrontar, rescatando lo amplio del espacio kirchnerista, al cual graficó según una figura antes usada por su amigo Sergio Massa: “Esa gran avenida ancha del medio que construyó Néstor Kirchner, porque no es lo mismo Caló que Depetri y los movimientos sociales. Eso confluye en una gran avenida que es buscar mayor igualdad, mayor equidad, evolución de derechos. No hay que buscar los puntos de discordancia: hay que buscar los puntos que nos unen”.
El discurso de MI fue de neto corte sciolista, y no tanto cristinista. Acaso esa sea la línea divisoria dentro de la “ancha alameda”.
Si bien evitó dar definiciones sobre su futuro electoral, Insaurralde señaló “lo principal es que acompañemos a una fórmula presidencial en el lugar que nos corresponde estar, acompañando al gobernador Daniel Scioli para que siga transformando a la Argentina. Que cada uno aporte al proyecto desde el lugar en que más cómodo se sienta, no forma parte de una especulación individual”, afirmó en la entrevista con FM Uno.
También se defendió: “Yo no tengo que aclarar las fotos con Sergio Massa, al que considero mi amigo y nunca lo oculté siendo candidato y no siendo”, dijo sobre los encuentros que mantuvo con el líder del Frente Renovador. Y agregó: “Yo no creo que un adversario político sea un enemigo”.