¿Puede haber más bajas en el massismo sureño?
La sangría constante de dirigentes del massismo da la sensación de que el fenómeno se produce de manera generalizada. Sin embargo, la realidad del espacio de Sergio Massa es algo diferente si se hace foco en el sur del conurbano.
Vale recordar que, con excepción de Darío Giustozzi (Almirante Brown), el resto de los intendentes que dieron el portazo son de municipios del norte y el oeste: Gustavo Posse (San Isidro), Sandro Guzmán (Escobar), Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas), Humberto Zúccaro (Pilar), la inminente salida de Raúl Othaché (Merlo), sumada a los rumores sobre Gabriel Katopodis (San Martín).
Como se ve, las principales fugas se produjeron en la Primera sección, la más fuerte en términos de poder que tiene el Frente Renovador.
Estas salidas se explican en gran parte porque los jefes comunales no están dispuestos a arriesgar su continuidad al mando de los municipios. Es por ello que, ante la primera señal de debilidad de Sergio Massa, comenzaron el operativo retorno hacia el Frente para la Victoria, o el desembarco en el PRO, aunque en menor medida y con éxito dudoso.
En cambio, la situación de los dirigentes del massismo de la Tercera es distinta. La mayoría de los candidatos renovadores no gobiernan, sino que son opositores en sus respectivos distritos, es decir que tienen menos para perder. Y en caso de pasar al oficialismo, deberían competir en una PASO con el intendente de turno, algo nada sencillo.
La otra alternativa sería dar el salto al PRO. El inconveniente es que, si bien es cierto que la intención de voto de Mauricio Macri ha crecido considerablemente en la Provincia, la estructura macrista expone su mayor debilidad en la Tercera. Ni en La Matanza, ni los municipios del sur, el partido aurinegro goza del armado necesario como para garantizar una buena elección. Hay excepciones, desde luego.
Por ejemplo, en Lanús, el macrismo puede hacer una buena elección a partir de la construcción de Néstor Grindetti. Pero, lo último que quiere el ministro de Hacienda es competencia interna. Es por ello que ante los rumores de que el concejal Nicolás Russo podía desembarcar en el PRO, el precandidato salió con los tapones de punta a frenar cualquier intento.
Otro que podía dar el salto es el periodista Walter Queijero. Por eso Massa dispuso en Quilmes un operativo de contención importante para evitar que el concejal mediático se fugara al macrismo, con quienes siempre mantuvo diálogo. Si a eso se le suma la presentación del chef Martiniano Molina, que llegó de la mano de Jorge Macri, el cambio de bando parece más distante.
Sin embargo, en la Tercera no todo es color de rosas. Alcanza con repasar las ausencias del último plenario que se llevó a cabo en Ezeiza.
Bajo la consigna “Massa presidente” se encolumna el principal sector de dirigentes del FR de la zona y que contiene, además, a los principales armadores de la Mesa electoral. Entre ellos se encuentra el senador provincial José Luis Pallares, quien creció mucho en el espacio con la ida de Giustozzi. Es uno de los que le cierra la puerta a un posible acuerdo entre Massa y Macri y que fomenta la necesidad de bregar por la “unidad”. Pero hay límites.
Tanto Russo como Queijeiro, son ajenos a este núcleo. Lo mismo sucede, con el concejal de Lomas, Ramiro Trezza, y otro pequeño número de dirigentes que no tiene lugar en ese sector. Un operador del plenario más grande denomina de manera socarrona a este grupo como “la Tercera trucha”.
Más allá del mote, lo cierto es que existe una división clara entre los dirigentes massistas de la Tercera. Y en general, esta grieta tiene su correlato en las internas municipales, aunque cada distrito es un mundo aparte y es difícil compararlos.
Para complicar más las cosas, la foto que a groso modo intenta capturar esta nota, se vuelve borrosa porque el Frente Renovador sufre vibraciones constantes. Eso se debe a que la candidatura nacional de Sergio Massa ha perdido solvencia, lo que pone en jaque todo el tiempo el armado de las bases, y viceversa.
Asegurar que no habrá fugas en la Tercera sección es por demás arriesgado en el escenario actual del massismo. Pero a la vez, las condiciones están dadas para que en esta sección el sangrado se detenga.