Qué pasó con los votos del Barba Gutiérrez y Aníbal Fernández
En Quilmes hubo victorias cruzadas en los rubros gobernador e intendente dentro del Frente para la Victoria en las PASO del 9 de agosto pasado. El jefe de Gabinete, Aníbal Fernández, aventajó por tres por puntos al presidente de la Cámara de Diputados, Julián Domínguez (51,64% a 48,36%). Pero por el cargo municipal, el intendente Francisco “Barba” Gutiérrez, se impuso sobre el candidato del anibalismo, Daniel Gurzi, por trece votos (56,67% a 43,33%). Los números se desprenden del recuento provisorio.
El resultado levantó el interés del periodista de Clarín y TN, Eduardo Van Der Kooy, quien lo colocó en el contexto de las denuncias realizadas por el candidato a gobernador del frente UNA, Felipe Solá, quien aseguró que le “afanaron” 193 mil votos. La noticia fue luego levantada por otros medios que llegaron a hablar de “dudas sobre la elección” de Quilmes.
“Semejante ecuación habría demandado de un masivo corte de boleta de parte de los quilmeños. Un fenómeno que, en esa proporción, fue imposible de verificar en otro rincón de Buenos Aires”, escribió el periodista en la nota que el diario publicó el domingo pasado.
Es a destacar que si se miran los números totales, las diferencia de votos entre los candidatos alineados no es “masiva”. En una elección en la que había 468 mil electores habilitados, la diferencia entre los votos que sacó Daniel Gurzi y los de Aníbal Fernández es algo menos de once mil (54.336 a 43392) con el 78,30% de las mesas escrutadas. En tanto que la Gutiérrez con Julián Domínguez es menor a los 6 mil sufragios (56.753 a 50,889).
Por otra lado, el “corte” de boleta tampoco fue estrictamente necesario. En los cuartos oscuros de Quilmes la oferta de boletas del FpV incluía además las versiones cruzadas de Fernández-Gutiérrez y Domínguez-Gurzi. Es decir, en total había cuatro opciones impresas, un factor que pudo agregarle confusión al elector, pero le evitaba hacer uso de la tijera. Esto no garantiza que todos los colegios haya habido todas las boletas, pero le quita peso a la versión de Clarín de que los números no se sostienen, ya que el argumento del corte engorroso queda echado por tierra.
Otra razón es que ni el Barba ni Aníbal utilizaron como eje fuerte de compaña el enfrentamiento que mantienen entre ambos, de modo tal que el electorado pudiera identificar claramente que los actores se situaron en veredas opuestas dentro del oficialismo.
La nota de Van Der Kooy asegura además que las dudas sobre el escrutinio provinieron de Julián Domínguez. “Al titular de Diputados le extrañaron también algunos aspectos del escrutinio que dictaminó su derrota en las primarias, por un estrecho margen. Ejemplos abundan en el Conurbano. Pero uno de ellos podría tildarse de emblemático”, dijo en relación al resultado de Quilmes y aseguró que “Domínguez convivirá con el entripado porque no está dispuesto a enrarecer más el clima de intoxicación imperante en el oficialismo kirchnerista-peronista”
Desde el equipo del presidente de la Cámara baja le aclararon a PRIMEREANDO que desconocen de dónde salió este dato y que “Julián no va a hacer declaraciones al respecto”. En este momento se encuentra abocado al trabajo en el Congreso, principalmente por el proyecto que la Agencia Nacional de Participaciones Estatatales en Empresas.
Lo que sí muestra la derrota de Domínguez en Quilmes es que la mentada estructura que le iba a garantizar el triunfo a la fórmula que el hombre del Papa compartía con el titular del PJ bonaerense, Fernando Espinoza, fracasó en este distrito como en otros. Sólo el tiempo dirá qué costos tendrá esto para la actual conducción del pejota provincial. En tanto, se aprecia que al final de cuentas, el Barba Gutiérrez priorizó lograr el triunfo en las PASO sobre las antiguas disputas con Aníbal. Ganó el Barba y ganó Aníbal. En estas PASO, al final de cuentas, los enemigos íntimos quilmeños hicieron talblas.