“Avellaneda tiene muchas cosas en común con la Ciudad de Buenos Aires”
Las PASO en Avellaneda dejaron un triunfo contundente del actual jefe comunal, Jorge Ferraresi, perteneciente al Frente para la Victoria, con el 44,75% de los votos. Detrás se posicionó Cambiemos, con la diputada macrista Gladys González a la cabeza.
De cara a octubre, González enfrenta dos desafíos. El primero en el frente interno, luego de que un sector de la UCR, parte del frente Cambiemos, impugnara su candidatura al considerar que “no cumple con el año de residencia en el distrito”. Y su segundo desafío será revertir la diferencia de casi veinte puntos que lo separaron de Ferarresi en las primarias. Su alto índice de desconocimiento entre los habitantes del municipio forma parte de este panorama.
En este contexto, la candidata recibió a PRIMEREANDO en su local de la Avenida Belgrano, donde habló de su trabajo en la ciudad, vinculó al intendente con patotas y robo de boletas y minimizó la disputa con la UCR.
-¿Qué cambia en la estrategia que tuvieron en las PASO a la que van a encarar para octubre?
Vamos a seguir de la misma manera, caminando la calle, cerca de los vecinos, timbreando todo Avellaneda. En esta segunda parte de la campaña vamos a profundizar el detalle de las propuestas. Esta semana la hemos destinado a educación, el viernes es el día del maestro y la educación es eje de todas nuestras propuestas. Este miércoles viene Esteban Bullrich, vamos a inaugurar un centro de apoyo de “Terminá la secundaria” que es un programa de la Ciudad de Buenos Aires pero que empezó a extenderse en todo el país. Ya la semana que viene empezamos con una actividad segmentada por territorio, contándoles a los vecinos nuestra propuesta localidad por localidad. También vamos a hacer una campaña fuerte para que la gente lleve la boleta en el bolsillo en virtud de lo que pasó el 9 de agosto que hubo mucho robo de boletas.
-El robo de boletas fue un problema que denunció el PRO casi a nivel nacional…
No sólo el PRO, le pasó a la mayoría de las fuerzas de la oposición, estamos trabajando para tratar de evitarlo. No sólo fue algo que notaron los dirigentes o los fiscales, sino que lo denunció la gente.
-¿A qué le atribuye el robo de boletas?
Son las prácticas de la política que hace trampa. Es deliberado, estaba planificado. ¿Fue en algunas localidades más que en otras? Puede ser que en Dock Sud…teníamos denuncias de vecinos de Wilde, pero fue en toda Avellaneda. No es que es una práctica de una determinada militancia o una determinada dirigencia. Es una práctica habitual que tiene el oficialismo para hacer política lamentablemente.
-En otras entrevistas ha vinculado a Ferraresi con patotas y violencia…
Lo digo con pena. Yo hablo con el intendente y me he reunido con él. Nos encontramos en actos públicos y conversamos como personas civilizadas, somos de diferentes espacios políticos y uno tiene que conversar con todo el mundo. Pero se dio en las elecciones, que fue lamentable, y hoy se está dando en la calle: nos están sacando los carteles de la calle. Y eso es la cuadrilla de la municipalidad. Los carteles están arrancados y después no los podemos recuperar y eso es plata. Tenemos un recurso limitado que, por supuesto, no puede competir con la estructura que tiene el municipio, que tiene pintada a toda la ciudad de Avellaneda de verde; los centros de jubilados de verde, los clubes de verde, las camionetas de verde, el sello de Ferraresi por todos lados, el Frente para la Victoria por todos lados, es imposible competir. Él es 100, nosotros 1, en cantidad de presencia en la calle.
Nosotros bajamos una línea de ser respetuosos con el espacio público, que no ensuciemos y nos los sacan igual a los carteles. Nos sacaron una gigantografía que teníamos ni bien bajas del puente, de un día para otro desapareció. Aprovecho para pedirle al municipio que si hay algo que estamos haciendo mal, que nos lo diga para que lo corrijamos, pero que nos avise. Y que si no, nos deje trabajar tranquilos en la calle para poder mostrar quienes son nuestros candidatos.
Hay otras cuestiones también: es muy difícil que pueda visitar un centro de jubilados o un club porque la gente tiene mucho miedo de que el municipio les quite el subsidio, entonces se hace muy difícil poder tener una relación institucional. Tienen temor de que alguien desde el municipio levante el teléfono y les diga "¿por qué recibieron a la candidata de Cambiemos?".
-Ud. es diputada nacional y tiene un recorrido político en Capital Federal ¿cómo nace su candidatura en Avellaneda?
En realidad yo tengo militancia política en la provincia de Buenos Aires. Mi trabajo técnico profesional siempre ha sido en el gobierno de la Ciudad. Fui funcionaria de Mauricio los dos primeros años y luego, como candidata a diputada nacional por la provincia de Buenos Aires, mi trabajo territorial ha sido la provincia. Desde mi rol como fundadora de la Red de Mujeres de mi partido y miembro de los equipos técnicos de la Fundación Pensar, siempre trabajé en Avellaneda armando el equipo de mujeres. Y trabajé en los programas de gobierno cuando estaba como candidato Daniel García que fue concejal nuestro. Nunca me hubiese planteado la posibilidad de ser yo quien fuese la candidata. Estando en ese lugar, es que Mauricio, María Eugenia y el equipo del PRO piensan que salga detrás de los telones y sea yo quien represente a Cambiemos en Avellaneda y así surge la candidatura.
-Desde un sector de la UCR están impugnando su candidatura…
Ya lo respondimos y estamos hablando con ellos. Una parte de la UCR quedó un poco molesta por el cierre, pero forma parte de una interna que yo siempre intenté no meterme. Nosotros hicimos un cierre con una de las líneas que representa Fernando Landaburu. Ya estamos conversando, vino Daniel Salvador e hicimos una foto de unidad para trabajar todos juntos que es lo más importante, queremos trabajar en equipo con Coalición Cívica también. Estamos tratando de salvar esas diferencias que, la verdad, tienen que ver con un enojo de un cierre que no conformó a todos.
-Pero qué le responde a quienes dicen que ud. no nació en Avellaneda, no tiene una historia política que la vincule a esta ciudad…
No tiene asidero tal impugnación porque cumplo con todos los requisitos para ser candidata. Vivo en Avellaneda, tengo mi domicilio en Avellaneda, trabajo en Avellaneda, tengo mi compromiso acá, no tiene ningún asidero la impugnación más que un enojo de la política. Yo nací en Bolivar pero conozco más Avellaneda que Bolivar, ciudad que dejé cuando tenía 18 años. Yo estoy tranquila porque tengo todas las cosas en regla.
– ¿Cuáles son sus prioridades políticas en caso de llegar a la intendencia?
Lo primero que haría sería ponerme a la cabeza de la seguridad. El mayor problema que tenemos los vecinos, porque todos vivimos con miedo, es la inseguridad. Si bien se han hecho cosas con las que estamos de acuerdo, la policía local por ejemplo, hay que darle un salto de calidad al centro de monitoreo, tiene que ser de control y comando, tiene que tener un personal más profesionalizado. Creo que hace falta que nos hagamos cargo de la seguridad, que el intendente sea el Secretario de Seguridad. Se puede hacer mucho si uno tiene un liderazgo más fuerte.
Otra de las primeras cosas que vamos a hacer es crear un sistema de emergencia médica que Avellaneda no tiene; hay un 43 % de la población sin cobertura de salud y no tenemos un sistema de ambulancia que asista la emergencia. Seguridad y salud son nuestros ejes más importantes.
Además nos ilusiona mucho un proyecto para crear en nuestras Barracas, que hoy la mayoría están abandonadas o son aguantadero de delincuentes, el Distrito Tecnológico, tomando el modelo de gestión que llevó a cabo la Ciudad en el sur. Significa poner en valor la zona e incentivar para que se instalen empresas. La idea es también poner en valor la Avenida Roca, hacer el tan prometido puente Roca-Patricios y la urbanización de Villa Tranquila. Toda esa zona es uno de los proyectos más importantes que nos gustaría que forme parte de la primera etapa de la gestión.
-¿Hay una intención de traer el Metrobús?
Sí. El proyecto es situarlo en Avenida Mitre, está proyectado y lo estamos trabajando con el equipo de Guillermo Dietrich. Además tiene una visión regional porque está planteando lo mismo en Lanús, Néstor Grindetti, y en Quilmes, Martiniano Molina. Entendemos que nuestros distritos se piensan de manera regional. La gente no entiende de límites, las problemáticas las tenemos que resolver en conjunto.
-En caso de que vuelva a ser electo Ferraresi, ¿cree que estos proyectos pueden ser una realidad? ¿Hay una búsqueda de consenso?
Siempre hemos planteado el dialogo. Avellaneda tiene muchas cosas en común con la Ciudad de Buenos Aires, nuestra gente usa los hospitales de la Ciudad o las escuelas. Hay mucho que se puede hacer en conjunto, formamos parte del ACUMAR y tenemos que coordinar políticas sobre el medio ambiente y el Riachuelo. Pero en el dialogo tenes que tener alguien que quiera trabajar en conjunto, sería genial si eso sucediera. Si el intendente quiere progresar y transformar Avellaneda, va a tener la humildad de sentarse con varios a trabajar.
– ¿Cómo ve la candidatura de Vidal en la provincia de cara a octubre?
María Eugenia está haciendo un trabajo increíble en toda la provincia de Buenos Aires, hoy en día está midiendo muy bien, está arriba y más allá de los números, es lo que uno habla con la gente.
Cuando uno habla con la gente, con la confianza que te da un mate de por medio, a más de uno le eriza la piel que Aníbal Fernández sea el candidato del Frente para la Victoria. Detrás de la inseguridad identificamos la droga y el narcotráfico y que él quiera legalizar la droga, para la mayoría de la gente es un límite. Además, por estar cerca de Quilmes, mucha gente conoce su trayectoria y, al menos, es controvertida. La gente compara a María Eugenia, su perfil, sus valores, frente a Aníbal Fernández y claramente la elige a María Eugenia. El Frente para la Victoria tiene un techo, el voto duro kirchnerista. Los votos que sacaron el 9 de agosto es su techo. Y eso nos da una enorme oportunidad de ir a buscar al 60% de los argentinos. Y acá en Avellaneda el 55% de los votos que también votó un cambio.