A un año de la muerte de Nisman, la vieja guardia de la ex SIDE quiere volver
Si bien todavía sigue siendo un relato demasiado caliente y manipulado, demasiado cruzado por las grietas y las emociones políticas, un relato que incluso fue determinante en el resultado de las elecciones presidenciales, la muerte de Nisman excedió largamente la trama policial y marcó otro momento de fricción histórica entre el poder contingente y el poder permanente.
Así como la caída del alfonsinismo evidenció la eficacia que podía tener el lobby de los grupos económicos, y así como el kirchnerismo sacó a la luz el rol clave de los medios de comunicación, la muerte del fiscal de la UFI-AMIA graficó la importancia y enorme autonomía que habían ganado los espías en los últimos 30 años. Los gastos reservados, vínculos con la justicia federal, dirigentes políticos y periodistas de la tele fueron los recursos que engordaron a ese actor no sometido al voto.
Ahora, a más de un año de la muerte de Nisman, ocurrida en un contexto de pulseada descarnada entre el gobierno de Cristina Kirchner y la conducción de la ex SIDE, la vieja guardia de los espías amaga con volver a tallar sobre la política, en una especie de sociedad de intereses con el macrismo.
Macri puso a un inesperado dúo al frente de la Agencia Federal de Inteligencia (la AFI, ex SIDE). Como jefe de la AFI designó a su amigo Gustavo Arribas, cara visible de un grupo dedicado a la compra y venta de de jugadores, y a su vez sospechado de incurrir en maniobras de lavado. La segunda de la AFI es Silvia Cristina Majdalani, quien compensa el desconocimiento absoluto de Arribas sobre el mundo de la ex SIDE. Alias La Turca, la ex menemista Majdalani (fue fiadora de Carlos Menem cuando estuvo preso por sus cuentas en Suiza) tiene familiaridad directa con un sector de la vieja guardia de espías echados. En particular, con el ex número dos de la ex SIDE, Francisco “Paco” Larcher, echado por Cristina Kirchner hace poco más de un año.
Tras la designación de Arribas y Majdalani, y a más de 40 días de la asunción macrista, continúa la vuelta por goteo de los espías y operadores judiciales desplazados. Y si bien el macrismo había prometido romper con ese pasado, la nueva jefatura de la AFI puso como director de Finanzas al contador Juan José Galea, un personaje muy cercano al ex subjefe de la SIDE en tiempos de la Alianza, el abogado Darío Richarte. De hecho, Galea ocupó ese mismo cargo durante el gobierno aliancista y quedó envuelto en el escándalo de pago de coimas al Senado para aprobar la ley de flexibilización laboral.
Ahora, Galea y Richarte juegan para un macrista en ascenso: Daniel “el Tano” Angelici, presidente de Boca y dirigente cada vez más influyente en la Justicia federal. A tal punto llega la sociedad con Angelici, que Richarte integra la comisión directiva de Boca. La indomable Elisa Carrió ya se quejó en público de que Angelici quiere “manejar Comodoro Py”.
A partir de la designación de Galea en la AFI, el Tano empieza a tallar en el submundo de la Inteligencia, un área que en breve volverá a manejar las escuchas telefónicas, bajo el supuesto control de la Corte Suprema de Justicia.
Richarte además logró colar a un abogado de su cartera informal como nuevo titular de la Inspección General de Justicia: Sergio Brodsky, ex subsecretario de la Facultad de Derecho de la UBA durante la gestión de Richarte como vicerrector de la Universidad de Buenos Aires La IGJ depende del Ministerio de Justicia y su función de “registrar y fiscalizar a las sociedades comerciales, sociedades extranjeras, asociaciones civiles y fundaciones”.
En 2001, con el gobierno de la Alianza, Brodsky además fue Director de la llamada Oficina de Transparencia Sindical, dentro del ministerio de Trabajo, por entonces a cargo de Patricia Bullrich.
De fondo, todas estas designaciones sugieren la vuelta al stato quo en la ex SIDE, incluida la inminente vuelta a la Argentina del mítico Jaime Stiuso, ex Director General de Operaciones, espía desde 1972, con contactos fluidos con la CIA y principal fuente de información de Nisman.
Para fines de febrero se espera el testimonio de Stiuso en la causa por la muerte de Nisman. ¿Se pondrá entonces en contacto con representantes del gobierno? ¿Volverá con ánimo revanchista ante el gobierno kirchnerista que lo echó? Se verá.
Mientras tanto, el gobernador jujeño Gerardo Morales confirmó que “tenía datos de inteligencia” (es decir, de la AFI) sobre un supuesto reclamo que iba a realizar la líder de la Tupac Amaru todavía detenida, Milagro Sala, hace unas semanas. La frase de Morales revela que AFI habría hecho inteligencia sobre los últimos movimientos de Milagro Sala, una tarea muy lejana a la de su función formal: la de producir información sobre delitos complejos, como el terrorismo, la trata y el narcotráfico.