Mientras siguen los despidos masivos, UPCN mira para otro lado
La ola interminable de despidos de estatales no cesa y todos los días suma nuevos capítulos. La saga de terror, que amenaza con llevarse unos 25 mil trabajadores públicos, tiene un actor que se debate entre la ausencia y el colaboracionismo, la Unión del Personal Civil de la Nación (UPCN) que lidera Andrés Rodriguez.
Es que el gremio de estatales cegetista sólo amagó con levantar la voz cuando comenzó el desguace, a principios de enero, luego se reunió con funcionarios de primera línea del gobierno nacional y más tarde, sospechosamente, se llamó a silencio.
Tras las críticas públicas por su actuación, ahora el sindicato publicó un comunicado de prensa en la que se dedica a atacar a ATE, pero no dice nada de los despidos.
“Responsabilidad sindical o vedetismo mediático”, es el título de un comunicado publicado en las últimas horas por UPCN, el gremio que mantiene un llamativo silencio frente a los despidos. Ese silencio se hace más que evidente en el comunicado, donde ni siquiera se los menciona y se habla de “las diferentes acciones” que lleva adelante el Gobierno nacional.
Sin mencionarlo, la nota está dirigida a Hugo "Cachorro" Godoy, el líder de ATE que acusó al gremio de Rodríguez de confeccionar las listas de despedidos de la administración nacional. UPCN menciona a Godoy como “cierto dirigente sindical de desconocida trayectoria en el empleo público” y lo acusa de tratar de “reemplazar su falta de representatividad con medio minuto de aire”.
Según publicó el portal especializado, InfoGremiales, el "Centauro" Rodriguez le pidió a Cambiemos que la revisión de personal no se lleve "puestos" a sus afiliados. Le dijo a los funcionarios que su sindicato no estaba dispuesto a defender a militantes camporistas, ni a afiliados a ATE, pero que quería conservar a sus representados.
Ante la negativa del gobierno nacional, el Centauro acordó que no se tocarían a quienes se hayan afiliado a su gremio hasta 2013. A los demás le soltó la mano.
La segunda parte de la charla con Rodriguez con el oficialismo, al que se sumó rápidamente, giró en torno a la colocación de sujetos de su confianza en distintos organismos, entre ellos IOMA. La escasez de funcionarios y la necesidad de contener un posible foco de conflicto con un gremio que tiene unos 280 mil representados, hicieron que la conversación prospere.
La información de la cumbre entre el gremialista y los funcionarios bajó fragmentada a los distintos organismos estatales. La situación dejó a los delegados expuestos en los casos donde blanquearon la realidad, y aislados, en aquellos lugares donde resolvieron, por la presión de las bases, pelear por reincorporaciones.
La otra maniobra que acordó Rodriguez, para subirle el precio a su sindicato llamativamente silencioso, fue consensuar las listas de los despedidos con algunos afiliados suyos adentro, que a posteriori y por una supuesta actuación sindical, serían reincorporados. ¿Quería ficción?.