Vidal dijo “quiero se presidenta del PRO”… y los conquistó?
La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, llegó a la gobernación provincial sin que ella misma pudiera creerlo.
Gobernar tamaña provincia, por su complejidad social y sobretodo política, no es para cualquiera, y Vidal en sus más de 100 días de gobierno, lo sabe bien.
No obstante una vez en el gobierno, la fórmula es consolidad el poder, y en tamaña tarea se ha embarcado la mandataria bonaerense.
En primer lugar, el Pro como partido, busca su organización interna, este año debe ir a elecciones internas dado que se encuentra intervenido por no haberse presentado a elecciones y por tanto haber perdido su propia personería jurídica.
Lo que ya es innegable, es que el nombre de Vidal suena fuerte para ser la que encabece la presidencia en la provincia de Buenos Aires.
El respaldo político del presidente de la nación y jefe político, Mauricio Macri, es fundamental y está asegurado, lo que falta es la construcción del poder local..y real.
Uno de sus principales armadores y hombre de confianza es su ministro de gobierno, Federico Salvai, que ya propuso al hada buena como presidenta del PRO bonaerense.
El vidalismo, tiene un obstáculo que superar, que es al propio primo del "jefe político", Jorge Macri, quien hizo uso del sello del Pro para poner de los "suyos" en algunas listas legislativas y tiene poder territorial propio, cosa no menor, y con la que Vidal no cuenta.
Otro de los sectores fuertes del macrismo bonaerense es el que regentea Emilio Monzó. El presidente de la Cámara de Diputados de la Nación tiene base territorial y algunas bancas en la Legislatura de la provincia.
Su afiliación y su historia en el peronismo bonaerense, y su mirada pragmática para construir poder, lo han mantenido marginado del círculo de confianza de la gobernadora.
Sin embargo, el "monzoismo" en la provincia esta muy alejado del sello PRO. De hecho, no pretende pelear ninguna interna. En las pasadas elecciones, Monzó armó de apuro el Partido del Diálogo, que integró la Coalición Cambiemos.
Pero la autoexclusión partidaria de este sector no inhabilita la desconfianza que genera en la mandataria. En el ámbito legislativo, tiene una excelente convivencia con el "vidalismo", aunque esto no evita algunos tironeos.
La estrategia de Vidal a las claras es ir "pasando la ambulancia" de los caídos del Frente Renovador y de los acuerdistas del Partido Justicialista. Hay que ver cuanto logra recoger.
Dentro del vidalismo también existen diferencias, hay algunos que consideran que a la gobernadora le falta un golpe de horno y no impulsan ya su candidatura, prefieren jugar dentro de la alianza Cambiemos.
Esa jugada, tiene sus beneficios, los propios radicales aún ven en Mariu, la esperanza, y el cambio, características que distan mucho de ser parte hoy del partido radical.
Mientras tanto Vidal salió a la conquista, comerán de esta miel las hormigas?.