La Secretaría de Comercio de la Nación, a cargo del economista Miguel Braun, ya delinea su nuevo perfil de gestión. Por ello el funcionario de Cambiemos convocó a una reunión, la semana pasada, con legisladores nacionales y fijó el nuevo plan de acción.
En el cónclave, Braun trazó la estrategia conjunta entre el Congreso y la Secretaría que presentará cinco líneas de trabajo: Modificación de la Ley de Defensa de la Competencia; Creación de un marco regulatorio para las acciones colectivas o de clase; Creación de un marco regulatorio del comercio electrónico; Codificación del derecho del consumo; Adecuación normativa a las Nuevas Directrices de las Naciones Unidas para la Protección del Consumidor, aprobadas el 22 de diciembre.
Los lineamientos de Braun, a nivel político tienen como objetivo apuntar hacia una economía más abierta y competitiva, en consonancia con el modelo económico de Cambiemos.
Aunque se habló de la necesidad de que tener una transición "ordenada" para que el impacto del cambio de perfil sobre la industria local no sea tan fuerte pero, en última instancia, la idea es que las grandes, medianas y pequeñas empresas compitan con los productos importados.
Además el funcionario blanqueó que aspira a que el organismo ya no continúe con los controles de precios y que la política sobre los precios quede en manos de Defensa de la competencia.
De fondo Braun plantea que en lugar de controlar los precios se vaya hacia políticas de promoción de la competitividad. El espíritu que subyace es que "el control de la inflación no es función de la secretaría de comercio".
Por último, y como fuego artificial, el hombre de fuerte de Comercio adelantó que la Secretaría planea tomar una medida para generar repercusión social. Concretamente se trataría de una medida cautelar contra alguna empresa conocida, cuyo nombre no fue develado, pero según nos informan, se trataría de un supermercado. El fin de la acción es reposicionarse en relación a la inflación como un Gobierno que reacciona y penaliza a "los malos" (SIC).