La trama oculta que silencia a Carrió y la vincula con el narcotráfico

A pesar de haber sostenido siempre a Alfonso Prat Gay, Carrió defendió su salida del gabinete. La líder de la Coalición Cívica, de frecuentes viajes a EEUU y escalas en México, tiene una tenebrosa historia familiar que la vincula a los narcos, la deja con menos margen de acción y la hizo aceptar a los funcionarios de la AFI.

La salida de Alfonso Prat Gay dejó un dato de color no menor en Cambiemos. Es que en lugar de salir con sus declaraciones estridente, la diputada Elisa Carrió llamó al presidente Mauricio Macri para decirle que estaba bien despedido y que las designaciones de Luis Caputo y Nicolás Dujovne eran buenas decisiones. Sorprendente.

Es que nadie esperaba que Carrió le suelte la mano a quien fuera diputado nacional por la Ciudad de Buenos Aires (2009-2013), electo por el Acuerdo Cívico y Social (ACyS). Pero pasó y tiene una explicación.

"¿Pero por qué Carrió no puede ahora levantar la voz si en octubre denunció a tres funcionarios del ministerio de Energía y Minería? Hay algo mucho más pesado, que implica al narcotráfico, a su hijo y a la mismísima DEA", explica la periodista Marina Ulloa en su blog El Dato Clave.

La trama, explica Ulloa, nos lleva a Enrique Santos, el hijo de Carrió. El muchacho vive en el estado mexicano de Guadalajara, por eso las escalas frecuentes de la diputada en ese país en cada viaje con "destino" a EEUU, y tiene problemas muy serios con la Justicia del país centroamericano que no lo deja cruzar la frontera hasta no saldar las cuentas pendientes.

"Santos estuvo preso en la Argentina a mediado de los años 90 cuando la Policía lo encontró traficando 25 kilos de cocaína de máxima pureza. Carrió había sido electa diputada nacional por el Chaco en las elecciones de 1995 y eso la ayudó", sostiene Ulloa, como primer antecedente.

La entonces diputada chaqueña usó sus contactos con el Superior Tribunal de Justicia del Chaco y sacó a su hijo de la cárcel, lo subió a un avión y lo envió a Londres con la excusa de que estudiaría arte escénico. Pero eso no lo sacó de los malos hábitos.

"Ahora, Santos (el hijo de Carrió) volvió a tener problemas con la Justicia, pero ya en México: lo acusan de ser uno de los cabecillas de la nueva generación en el sanguinario y millonario cartel de Jalisco", sostiene Ulloa.

Para contextualizarlo, hay que saber que en 2010 surgieron en México los cárteles La Resistencia y Jalisco Nueva Generación, luego de la detención, en octubre de 2009, de Óscar Nava Valencia, sobrino de Luis Valencia, cabeza del Cártel del Milenio.

"El hijo de Carrió es amigo íntimo de Nava Valencia y, la Justicia investiga, lo ayudó a contener hasta 2012 la revuelta interna en el cartel. Pero hubo una división y nació Jalisco Nueva Generación, el nuevo brazo armado utilizado provisionalmente por del cártel de Sinaloa, para terminar con Los Zetas en Veracruz", agrega..

Según la investigación, la Justicia mexicana tiene abiertos tres procesos judiciales en los que está mencionado Enrique Santos. Y no se descarta que sea detenido. Por eso, Carrió le pidió ayuda a Macri.

Ocurre que la Administración para el Control de Drogas de los Estados Unidos (DEA, por sus siglas en inglés) ya puso su lupa sobre Santos por envíos decomisados de droga al país del norte, desde Guadalajara.

"No sólo hay venta de drogas ilegales, también hay procesos abiertos por lavado de dinero por varios cientos de millones de dólares", indica Ulloa.

La preocupación de Carrió por su hijo es tan grande que hasta aceptó el pedido de Macri para dejar de atacar a Gustavo Arribas y Silvia Majdalani, quienes fueron elegidos por el jefe de Estado para encabezar la Agencia Federal de Inteligencia (AFI) y a los que la chaqueña había elegido como objetivo favorito.

"La AFI está realizando ahora gestiones al más alto nivel con las autoridades de su par mexicano, el denominado Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN) para que se frenen los procesos judiciales contra su hijo", remarca Ulloa.

Esta situación de desesperación, por la que ya viajó varias veces a México (disfrazados de viajes a EEUU para dar conferencias), llevará a Carrió a ser relegada por Macri. Y al Presidente le servirá para mantener controlada a la diputada, sin que genere mayores disgustos en la Casa Rosada con sus denuncias.

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