Según un informe realizado por economistas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV), mantener un vehículo se incrementó un 50,3% en el último año.
Tener un auto propio representa en muchos casos un estilo de vida, una cuestión de fuerte arraigo cultural o simplemente un comportamiento aspiracional. No obstante, en otros casos, contar con movilidad propia se vuelve casi una necesidad básica para emprender determinadas actividades productivas del día a día, o por simple escasez de otros medios públicos de conectividad. Por esto, el automóvil representa un bien cuya utilidad y productividad muchas veces excede aquella subyacente a un mero bien de reemplazo del transporte público convencional.
En el último año, se ha observado un fuerte incremento en los costos de mantener un vehículo. Ítems como combustibles, patentes, peajes, seguros, entre otros, mostraron aumentos por encima de la evolución salarial. La mayoría de los incrementos registrados se deben a una serie de decisiones políticas que impactaron de lleno en los costos reales de. La quita de subsidios, liberalización de la competencia en los mercados o, simplemente, los “sinceramientos de precios”, impactaron de lleno en el costo de sostener la utilización de una unidad vehicular. Si bien los costos de los bienes y servicios se han incrementado transversalmente en todos los rubros y sectores, el impacto mayor es para los sectores populares, cuyos ingresos no han podido acompañar la escalada inflacionaria. Esto ha implicado que el auto propio se constituya virtualmente en un “bien de lujo” para los sectores populares, muchos de los cuales deben usarlo para trabajar diariamente, moverse en la ciudad o transportar a la familia.
El informe de la UNDAV expone un relevamiento sobre los costos de mantener un vehículo, en el último año, de acuerdo a diferentes categorías de automóviles de acuerdo al poder adquisitivo de las personas. La canasta se construyó, por tanto, a partir de una serie de bienes y servicios que se consideran como básicos para mantener el vehículo en condiciones mínimas de circulación. A continuación, se comentan algunos de los principales resultados obtenidos.
En el ejercicio simplificado llevado adelante, se tomó el caso de una persona que reside a 30 km del lugar de trabajo, que debe recorrer 60 km diarios para ir y volver, en un total de 22 días laborales al mes. También se considera que abona peaje. tanto de ida y de vuelta, mientras que a su regreso guarda el vehículo en una cochera. El siguiente cuadro resumen, da cuenta de los principales resultados del armado de la canasta seleccionada. Los resultados se resumen en la siguiente tabla:
Como se puede observar, el costo total se modifica sustancialmente dependiendo de la gama del automóvil. Lo paradójico del caso es que los incrementos entre 2016 y 2017 se presentaron de manera más pronunciada en la gama baja y media que en gama alta de vehículos. Por tanto, el resultado ilustra que fueron los poseedores de automóviles de más antigüedad, mayor deterioro y menor valor de reventa, aquellos que soportaron la parte más significativa del peso de los incrementos. Por lo tanto, lo que se desprende del cuadro es que mantener un auto “de consumo popular” registró un mayor incremento que las demás unidades más onerosas. A principios de 2016, el costo total de una unidad “barata” ascendía a $7.035 aproximadamente, mientras que se trepó a más de $10.733 a principios de 2017 (un 52,7% de aumento). El segundo lugar en el orden de los aumentos anuales, lo ocupan las unidades gama media, cuyo costo de mantenimiento pasó de ser $8.397 en 2016 a $12.621 en 2017, esto es, un 49,3% de incremento. Por último, los gastos relativos a los automóviles de alta gama, presentaron un aumento de 44,5%. Este avance fue producto de un alza de $13.710 a $19.806, en la sumatoria de los ítems anteriormente expuestos. Con todo, se puede apreciar que los sectores de la población de estratos medios y bajos fueron los más perjudicados. Los primeros, debido a que los automóviles de baja gama, usualmente consumido por la clase media, presentaron el mayor incremento de valor. Por su parte, los sectores menos desfavorecidos, también se ven impactados por los costos de manteniendo, ya que sufren los “incrementos de segunda ronda”, producto del traspaso de los aumentos desde comerciantes y productores hacia el eslabón más débil de la cadena.
Si analizamos la variación de los ingresos por deciles, tomando el decil 6 como característico de un consumo de autos de gama baja, el 8 para la gama media y el 10 para la gama alta, se encuentra que en las dos primeras categorías el costo total de mantenimiento aumenta a mayor velocidad que el incremento en los ingresos individuales. Por su parte, el indicador de cobertura, presentado anteriormente disminuye en los dos estratos más bajos. No obstante, para el caso del decil 10 (la gama más alta) sucede lo contrario: el promedio de los ingresos aumenta más que el incremento en los costos y el grado de cobertura mejora para los sectores de altos ingresos.
Con todo lo enunciado, a continuación se sintetizan los principales resultados empíricos hallados por los economistas de la Universidad Nacional de Avellaneda.
.Por la liberalización de tarifas de bienes y servicios regulados, la canasta de bienes y servicios requerida para mantener un vehículo personal se incrementó, en promedio, en un 50,3% en 2016. Esto es, casi 10 puntos por encima de la inflación del período.
.Si se discrimina por diferentes segmentos de automóviles, se encuentra que la canasta para los vehículos de gama baja aumentó casi 8 porcentuales por sobre los de gama más alta. Esto da cuenta de un deterioro proporcionalmente mayor en el poder adquisitivo de los estratos medios.
.Los aumentos, estuvieron mayormente traccionados por peajes y lavaderos (subieron más que un 100%), así como también por los costos del seguro y de estacionamiento (aumentaron su precio por encima de la inflación). .Si se compara los incrementos en los costos con el avance del salario medio del último año, se encuentra un deterioro en la “cantidad de salarios medios” que se necesita ganar para mantener un vehículo personal.
.Si se compara los incrementos en los costos con la distribución del ingreso, se encuentra que aquellos deciles más propensos al consumo de autos de gama alta fueron los únicos que mejoraron la relación entre el costo de la canasta para mantener un vehículo personal y la cantidad de salarios medios.