El salario medio sería 40,2% menor si las paritarias se hubieran reducido a un ajuste de inflación, en la última década.
Un informe de la Universidad de Avellaneda (UNDAV) analiza con datos concretos el esquema planteado por el Gobierno de atar las principales negociaciones colectivas de salarios al porcentaje de avance de la inflación (esperada) para el año 2017.
En las últimas semanas estuvo muy presente en la discusión pública el caso de la paritaria docente, donde el Estado buscó instalar como posible solución la oferta de un porcentaje de aumento salarial levemente por sobre el techo de los objetivos del programa antiinflacionario de este año (17%), sumado a una cláusula adicional de ajuste automático, en caso de que ese tope se vulnere. Esta modalidad ya tuvo un antecedente concreto, a fines del año 2016, donde la Provincia de Buenos Aires acordó con los trabajadores estatales un esquema de recomposición similar, y de vigencia plena para el corriente año. Así, a los fines de robustecer la credibilidad en el cumplimiento de la meta de inflación, diferentes representantes del poder ejecutivo han instalado la necesidad de que este dispositivo de reajuste salarial también se aplique para diferentes gremios del ámbito privado. Todo esto, se enmarca en un año donde el cumplimiento del régimen de metas de inflación se erige como la línea de flotación del régimen monetario puesto en funcionamiento. A su vez, este último se constituye como la columna vertebral del programa económico, así como el eje principal para el cumplimiento de las pautas presupuestarias. No obstante, desde que la institución “paritarias libres” se restituyó en nuestro país, las negociaciones de los diferentes gremios (y, por ende, el promedio general), se distanciaron sistemáticamente del avance general de precios. A lo largo de los últimos años, la brecha fue típicamente positiva, con excepción de dos años de virtual empate y un año de deterioro. Con todo, el presente artículo tiene como propósito realizar un ejercicio empírico de medición del impacto económico de las negociaciones colectivas de trabajo sobre el salario real de los trabajadores argentinos. En particular, se busca diferenciar los avances reales en los niveles de salario, para los diferentes sectores, edades y tamaño de firma, respecto de la evolución de la inflación en igual período. Un informe realizado por economistas de la Universidad Nacional de Avellaneda (UNDAV) muestra que las paritarias posibilitaron una sustantiva suba del salario real en los últimos años, con lo cual, en caso de haberse aplicado una mera indexación inflacionaria, el poder adquisitivo de los salarios sería sensiblemente menor.
El siguiente ejercicio empírico parte del uso de un índice de precios de referencia para todos los períodos analizados. En particular, se escoge el índice de la Consultora Bein y Asociados, a los términos de sortear problemáticas referidas a una posible subestimación de la inflación oficial para el período 2007-2015. Por su parte, para cuantificar los avances en el nivel salarial, para el nivel general promedio se utilizó el informe sobre el “Estado de la negociación colectiva”, que presenta la oficina de Estudios y Estadísticas del Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social MTEySS. En cambio, para la dinámica sectorial se tomó información de mercado relevada en cada sindicato o cámara específica. Por último, en relación al análisis de estratificación del mercado laboral (género, edad, tamaño de la firma empleadora, etc.), se utilizó la serie anual del Boletín de Remuneraciones de los Trabajadores Registrados, publicado por el Observatorio de Empleo y Dinámica Empresarial del MTEySS.
En base a estos parámetros, a continuación, se expone la primera relación, a partir de la cual se compara la paritaria media de la economía con la que hubiera surgido de ajustar salarios por medio de un índice de inflación.
Evolución de las paritarias y la inflación 2006-2016
(en % interanuales)
Fuente: Producción propia en base a MTEySS e índice de inflación Consultora Bein y Asociados.
Como se puede notar en el gráfico, en el lapso de los últimos diez años, el efecto de pérdida de poder adquisitivo se ha acumulado paulatinamente. En números, el deterioro hipotético sobre los salarios sería del 40,2% en caso de que se hubiera ajustado por inflación en vez de celebrarse paritarias. Cabe aclarar que este número cae al 31,3% cuando se incluye el último año (2016), donde se verificó una caída de salarios reales en torno al 7%. Este resultado está determinado por la sistemática diferencia entre la variación porcentual de la negociación colectiva media y la inflación finalmente efectiva para cada año. Este diferencial, ha sido favorable para los trabajadores en ocho de los diez años que van entre 2006 y 2015.
Otro aspecto interesante analizado por el Informe de la UNDAV es el relativo a las jubilaciones. Como se sabe, la fórmula polinómica a partir de la cual se calcula cada aumento semestral, tiene en cuenta la recaudación general, el coeficiente de variación salarial, los recursos de Anses y un indicador del avance de precios. Ahora bien, así como se examinó para el caso de la paritaria media de la economía, se puede trasladar al ajuste previsional en el período del interés. En particular, a continuación, se muestra un análisis de sensibilidad del coeficiente de ajuste jubilatorio respecto al desempeño de las negociaciones colectivas. Esto es, se expone la evolución del haber mínimo en función a la Ley de Movilidad Previsional y se lo compara respecto de aquella que hubiera resultado si la recomposición de los salarios hubiera avanzado tan sólo al ritmo de la inflación.
Evolución de la movilidad jubilatoria actual y ajustada por salarios 2008-2015
(en pesos corrientes)
Fuente: Producción propia en base a Anses
El gráfico busca exponer el diferencial del 21,7% alcanzado entre la jubilación mínima vigente desde septiembre de 2015 (de $4.299) y aquella que hubiera resultado de aplicarse en la fórmula meramente un ajuste por inflación ($3.655). Este diferencial, implica que los jubilados hubieran perdido un 20% de haber mínimo (a finales de 2015) en caso de no haberse producido el proceso virtuoso de paritarias libres en Argentina.
Con todo lo enunciado, a continuación se presenta, a modo de resumen, los principales resultados empíricos encontrados por los economistas de la Universidad de Avellaneda a partir del análisis de inflación y negociación colectiva de trabajo:
• En las últimas semanas, estuvo en debate la posibilidad de atar las principales negociaciones colectivas de salarios al porcentaje de avance de la inflación (esperada) para el año 2017.
• Independientemente del debate sobre la representatividad del índice, un ejercicio retrospectivo muestra que, de haberse aplicado ese criterio en la última década, el ingreso medio de los trabajadores registrados se hubiera reducido en un 40,2%.
• Más aún, el efecto se potencia entre las trabajadoras mujeres, entre los trabajadores de más de 56 años y entre los trabajadores de las empresas de menor tamaño.
• Asimismo, dado el cálculo del índice de movilidad jubilatoria, se encuentra una sensibilidad ante la evolución media de los salarios. En particular se hubiera producido un deterioro del haber mínimo del 21,7% en caso de que las paritarias libres se hubieran reducido a un ajuste por inflación.
• Cuando se analiza en el detalle por sector, gremios como aceiteros (72%), metalúrgicos (54,8%) y transporte (46,3%), se muestran como los que mayor deterioro real hubieran presentado en caso de no haberse celebrado la negociación colectiva.