El peronismo se multiplica al ritmo del 2×4 mientras el oficialismo baila el 2×1
(Por Ignacio Cantala) En el día de ayer 36 intendentes de la Provincia de Buenos Aires junto a referentes de La Campora se reunieron en Bolívar al 400 para protagonizar un nuevo encuentro del peronismo bonaerense para delinear la estrategia electoral hacia las próximas elecciones legislativas.
Se trata de una más de las tantas citas que vienen desarrollando en los últimos meses. La primera expresión pública estuvo quizá en el acto por el Día de la lealtad en San Vicente que reunió en la mesa principal a Máximo Kirchner y los intendentes de mayor peso territorial del conurbano. La consolidación del espacio se materializó con la participación de la ex Presidenta Cristina Kirchner en un asado realizado en la casa del diputado Cabandie.
Lealtad, liderazgo y unidad. Todo el peronismo sabe que no hay triunfo si no se conjugan esas tres banderas. Si la independencia económica, la soberanía política y la justicia social son las tres banderas históricas que fundamentan un proyecto de país, el reconocimiento del liderazgo popular, la lealtad al mismo y la unidad del movimiento son las tres banderas de la construcción política que hace posible materializar el ideario de un país más justo, libre y soberano.
En el peronismo no todo pasa por las encuestas. Recuperar el ideario de una sociedad más justa y un Estado interviniendo en favor del bien común son principios que ordenan las ambiciones personales y atemperan los egos. Primero la patria. El mensaje de Cristina Kirchner llamando a la unidad de todos los sectores para enfrentar a un enemigo común se consolidó como el piso de los acuerdos.
Por ello, en esta última reunión se acordó convocar a las organizaciones sociales, a los sindicatos y a otros sectores por fuera del peronismo. Con la unidad como objetivo los asistentes se distribuyeron roles de acuerdo a su extracción, pertenencia y cercanía con los diversos actores a interpelar.
La definición que se dejó trascender en torno a que “para los que no estén de acuerdo con la unidad, están las PASO” revela la sensación de fortaleza que se respira en las reuniones, según confirmaron varios asistentes. Si un peronista sólo batalla con sus convicciones contra una mesa familiar mediatizada, varios peronistas unidos batallan contra el mundo entero.
Los actores secundarios de esta unidad son Macri, Vidal y los peronistas funcionales. O dicho de otro modo, las políticas de ajuste del gobierno nacional que impulsaron la desocupación, la caída de los salarios y el consumo, el ajuste propio en la provincia de Buenos Aires sumado al destrato a los intendentes y por último, los peronistas que predicando unidad y no ser funcionales al oficialismo consiguen fragmentar y dividir la única fuerza política en condiciones de frenar la restauración neoliberal.
En el casting de las PASO, Randazzo sigue insistiendo con su candidatura. En las últimas horas Magnetto le acercó los servicios de Alberto Fernández. De inteligencia y capacidad reconocidas, el entorno del ex ministro de transporte lamentaba que el nuevo integrante carece de la principal necesidad de Randazzo: los votos. Su campaña muda y fotográfica sumó hoy la foto con Estela de Carlotto, junto a los diputados Carlotto y Grosso del Movimiento Evita. La unanimidad del rechazo al 2×1 solo excluyó al extravagante diputado Olmedo.
2×1 y Juicio Político a dos bandas
La demora del oficialismo por despegarse del mamarracho jurídico de la Corte Suprema y el 2×1 a los genocidas es una capítulo más del libro macrista acerca de cómo construir la unidad del peronismo.
Varias interpretaciones políticas surgen a partir del fallo de la Corte Suprema que aplicó el 2×1 a un genocida condenado por delitos de lesa humanidad.
Una de ellas, ubica el fallo en la lógica de prueba y error que sostuvo Cambiemos desde que asumió. Avanzaron con una medida que significaba un gesto a los militares y a un sector minoritario de la sociedad y como la reacción política y social de rechazo fue de tal magnitud retrocedieron en sus pasos.
En el medio quedó la Corte Suprema de Justicia girando como un trompo próximo a caer. El daño que el fallo generó al Gobierno y a la institucionalidad e investidura de la Corte es enorme.
El Secretario de Derechos Humanos de la Nación, Claudio Avruj, aplaudió el fallo y luego debió retractarse. En estos casos, la primera expresión suele ser la que vale. “Las convicciones deben ceder a las necesidades políticas” le aconsejaron a Avruj, que salió a desdecirse. Al día siguiente, el gobierno sacaba a sus principales espadas a despegarse del fallo.
Entre los diputados de la Alianza Cambiemos los radicales aportaron los discursos más convincentes. En algún lado de su conciencia retumba alfonsinismo. Los diputados del PRO giraron en torno a fórmulas comunes del estilo “los derechos humanos no tienen dueño” o “respetar las instituciones y el republicanismo” que se esgrimían para argumentar un retroceso colectivo en chancletas. Pablo Tonelli, vos jurídica de peso en el bloque, afirmó que el fallo era correcto, aunque lo repudió políticamente.
El equilibrio de las críticas debía acotarse a la sentencia y no extenderse a la figura de los magistrados propuestos por el oficialismo. Debían rechazarlo sin dar espacio ni argumentos al pedido de juicio político realizado por el FPV.
Carrió desarrolló un debate jurídico clásico entre positivismo y iusnaturalismo. Pese a ser un tema básico del CBC para el ingreso a la universidad algunos se sorprendían de la profundidad del análisis. El malabarismo teórico se derrumbó ante los silbidos cuando la teoría de los dos demonios se filtró en su discurso. La “justicia no es venganza” afirmó Carrío, mientras Estela de Carlotto y Taty Almeyda repudiaban su discurso.
Inmutable, desarrolló su idea, señalo errores ajenos y justificó jurídicamente el fallo en base a citas de Rossati, el juez que desea ubicar en el lugar de su enemigo Lorenzetti. Finalmente, respetando su conducta legislativa se ausentó de la votación. No podía votar en contra. Lo que Avruj aprendió esta semana, Carrío lo sabe desde siempre. Primero la necesidad política, luego las ideas.
Luego vino el pedido de juicio político del FPV que se diluyó mientras los diputados de Cambiemos se retiraban del recinto. Al FPV no le daban los números.
Cambiemos por si sólo tampoco los tiene, pero se encargaron que el mensaje llegue a la Corte. Están a tiro de juicio político. Para el oficialismo el republicanismo es mejor cuando respeta la voluntad del presidente por sobre el resto de las expresiones institucionales.
Hoy por la tarde, tras la sanción definitiva de la ley por parte del Senado, Macri afirmará que será promulgada al día siguiente y a su modo dirá que la división de poderes es un valor inclaudicable de su gestión.
Al mismo tiempo, comenzará a colmarse la plaza de mayo. Comulgarán allí varias demandas contra el Presidente, aunque el principal mensaje será que los Derechos Humanos son una conquista de la sociedad argentina que no admite prueba y error. En la conferencia de prensa de hoy, y muy a su pesar, el Presidente respetará el libreto y comulgará con esta idea.