Ya contado como un aliado por el PRO en el Senado, ahora Miguel Angel Pichetto salió a cultivar su discurso PRO. Pidió reconciliación, le dio entidad al fantasma de la RAM y hasta se animó a hablar de la reforma laboral.
Tres charlas en el plazo de una semana dio Miguel Ángel Pichetto con un discurso muy parecido: cómo garantizar la gobernabilidad de la Nación y de las provincias donde gestiona el justicialismo y reinventar al Partido Justicialista como oposición constructiva, de centro y con su doctrina actualizada. Los dirigentes y referentes que lo escucharon en la fría tarde del día de la primavera se repiten en distintas tertulias: algunas caras en una cena convocada por Eduardo Duhalde un mes atrás, otras en los homenajes a Antonio Cafiero, algunos son los que caminan los salones y pasillos de Diputados y del Senado y otros son los que se reúnen cada tanto con Pichetto como interlocutor en su rol de jefe del bloque en la cámara Alta.
En la última cita, en el Hotel Castelar en la Avenida de Mayo casi 9 de Julio, Pichetto pidió "leer a Perón de nuevo, al del 74, cuando volvió". "Para un argentino no hay nada mejor que otro argentino", dijo al arrancar su disertación en un mensaje con el que buscó explicar por qué no cree que "cuanto peor le vaya al Gobierno, mejor", como en tácita referencia pareció atribuyó a los seguidores de Cristina Kirchner.
Como lo hizo días atrás en un almuerzo del Rotary Club, Pichetto justificó el acompañamiento a leyes impulsadas por Mauricio Macri, elogió a Eduardo Duhalde y a Néstor Kirchner y criticó que hoy "se unifican criterios y se elimina el debate y el disenso" y "la crónica repetida de que el Parlamento es lo peor".
"El Gobierno ha tenido la necesidad y va a seguir teniéndola de seguir dialogando y abriendo caminos de concertación para avanzar en reformas", indicó sobre el resultado electoral que, aún en el escenario más favorable para Cambiemos, no le daría mayoría propia a Macri en el Congreso.
Fue ahí cuando Pichetto reivindicó también el rol de los gremios como "garante" de la gobernabilidad y pidió: "El Gobierno debería mirar con más respeto y atención el rol de la CGT y los compañeros sindicales" a los que sumó al futuro debate sobre reforma laboral y blanqueo del empleo.
A la derecha del escenario escuchaba atentamente Julio Piumato, secretario general de la los Judiciales. Y algunos referentes del peronismo que estuvieron en roles distintos en los gobiernos de los Kirchner y también de Duhalde como Julio Alak, ex de Justicia; Alfredo Atanasof; Jorge Castro; Jorge Remes Lenicov; Miguel Angel Toma; el ex presidente por tres días Eduardo Camaño; Pascual Albanese; los massistas Aldo Pignanelli y Marina Cassese; Rafael Flores y otro rionegrino, Osvaldo Nemirovsky que aun habiendo estado cerca de los K no se molesta cuando Pichetto enfrenta a la ex Presidenta de la Nación. En primera fila se sentó el diputado Diego Bossio, del bloque Justicialista y de buen diálogo tanto con Pichetto como con referentes de Cumplir y de 1País. Se abrazó fuerte con el senador cuando bajó del estrado.
El senador, que en estos días enfrenta una grieta interna y el pedido de expulsión del PJ instó a debatir líneas de pensamiento en el partido, recuperar a las Fuerzas Armadas (mencionó valores del Ejército, de la fuerza Aérea y de la Marina y habló incluso de "reconciliación" y de "perdón" y de presencia "disuasiva" en la Patagonia); qué hacer con los RAM y el reclamo mapuche: "hay un tufillo a senderismo" dijo y se ganó el aplauso de la mitad del salón que estaba lleno y hasta mencionó que "hay mucho promontonerismo, algo que no existía hace diez años".