El ministro de Producción, Francisco Cabrera, afirmó que era "falso" que hubiera cerrado alguna pequeña y mediana empresa por los tarifazos. La realidad lo contradice: desde 2015, bajaron sus persianas 7500. Las razones: la suba de los servicios, la apertura de las importaciones y la caída de las ventas.
En relación al tarifazo, la propia Confederación General Empresaria, que reúne a pymes, aseguró que ahora los empresarios necesitan vender 14 veces más para pagar el costo de los servicios. Ese crecimiento lo tienen que hacer mientras sigue cayendo el consumo interno cada año.
Ante ese escenario muchas marcas achicaron sus emprendimientos cuando no cerraron definitivamente. El diario Página 12 resumió lo ocurrido en los últimos 20 días:
– La cadena de electrodomésticos e informática Musimundo cerró diez sucursales en diferentes puntos del país por la baja del consumo y la suba de costos operativos derivada de la suba de las tarifas;
– El famoso Café de la Ciudad, ubicado desde 1986 en Corrientes y Carlos Pellegrini, cerró y los dueños informaron que fue porque no podían hacerle frente a los aumentos de las tarifas;
– La tradicional casa rosarina de empanadas El Gran Pipón concluyó sus 37 años de historia, por “tarifazos de servicios e incremento del alquiler”;
– El Frigorífico Aconcagua dejó el negocio de cámaras de frío ante la crisis del sector frutícola y el incremento de la tarifa eléctrica. La compañía inició su actividad en 1946;
– Al borde de la quiebra se encuentra la cristalería El Progreso. La cooperativa recibió una boleta de gas con un valor cercano al millón y medio de pesos, sumado a otra de luz de 120 mil;
– La fábrica de alfajores Estancia El Rosario tambalea por el alza de los costos y del financiamiento. Sus dueños negocian una salida con inversores, sindicato y el gobierno santafesino;
– La metalúrgica Metalkrom anunció despidos tras la resolución judicial por tarifas que dictó la “inadmisibilidad” del recurso de amparo presentado por la firma para que se retrotraigan los servicios a noviembre de 2016;
– La tradicional Vauquita está al borde de la quiebra por el precio del gas. La compañía pasó de abonar 42.000 pesos de gas y luz a casi 150.000 pesos. Lo mismo sucedió con la chocolatería Arrufat, que, en Pascuas, debió rematar sus huevos de chocolate para pagar los servicios;
– La cooperativa Cueroflex emplea a 80 trabajadores y su continuidad está en duda tras de recibir una factura de luz de más de 6 millones de pesos, que se suma a anteriores boletas impagas.