Por Ana Paolini
El 14 de junio, el Gobierno publicó la “Carta de intención, Memorándum de Políticas Económicas y Financieras y Memorándum Técnico entre Argentina y el FMI”, vulgarmente conocida como “el acuerdo con el FMI”, un archivo de 33 páginas que, por momentos, requiere de conocimientos técnicos para evaluar lo que ahí se explicita como plan tentativo, mientras que, en otros, apenas hay un esbozo de buenas intenciones. Entre trolls y memes, las redes fueron el primer hervidero de opiniones sobre el acuerdo incluso antes de que se firmara, mientras los medios no dejaban tampoco de elaborar posiciones. Hasta acá, el modus operandi habitual de lo que podríamos definir como un suceso público relevante y de interés periodístico en la democracia 2.0, algo que, guste o no, y con una apariencia tal vez menos caótica, ocurría de otros modos antes de que existiera internet.
Sin embargo, mientras el Gobierno dejaba su versión del acuerdo online en el Boletín Oficial, el 7 de junio el propio FMI borró algunas frases de su comunicado porque, según uno de los directores del organismo, “no era muy atinado desde el punto de vista político, en el primer comunicado oficial sobre el acuerdo, mencionar la posibilidad de una suba del desempleo más rápido de lo previsto”. Este hecho, dado a conocer por el periodista económico Maximiliano Montenegro en una nota de Infobae, no solo exponía que la versión del Gobierno era discutible, sino que la información en internet era (y todavía es) manipulable.
¿Quién chequea a Chequeado?
El 21 de junio, el sitio Primereando las noticias publicó una nota titulada “El FMI exige liquidar el ANSES y vender las acciones del Fondo de Garantía de Sustentabilidad”, artículo que algunos días después, el 4 de julio, Chequedo.com decidió calificar como “falso” para también sacarlo de circulación de Facebook, la red social para la cual Chequeado.com ofrece sus servicios como vara oficial de la verdad. Aunque no siempre conocidas, este tipo de alianzas tiene sentido. Facebook y Google manejan por lo menos las tres cuartas partes del mercado de difusión de noticias y publicidad en internet, lo cual mueve alrededor de 80 mil millones de dólares al año. Sin embargo, en 2016 –año de elecciones presidenciales en EE.UU. –, se filtraron varias versiones sobre la manipulación política de las noticias en Facebook que pusieron a Mark Zuckerberg en problemas: mientras él agitaba la bandera de la neutralidad como defensa de la democratización de la información, las maniobras políticas de su red alrededor de las noticias resultaban ser constantes. Ese escándalo impuso la necesidad de “regular” la difusión de la información, y acá es donde el asunto empieza a oscurecerse. ¿Regular la información no se parece a censurar? ¿Cuáles son entonces los verdaderos intereses en juego en esa “regulación”? ¿Los democráticos de las audiencias o los privados de los anunciantes? Con este escenario como telón de fondo, en mayo de 2018 Chequeado.comfirmó un acuerdo con Facebook para verificar las noticias argentinas en la red y darlas de baja en caso de considerarlas “falsas”. De hecho, Chequeado.com mantiene un acuerdo similar con Google desde febrero de 2017.
El método de Chequeado.com para determinar qué puede leerse y qué no puede leerse en Facebook consiste en consultar distintas fuentes para confirmar, relativizar o desmentir las afirmaciones de los contenidos informativos a través de una calificación que dictan los propios integrantes de Chequeado.com. En el caso de la noticia publicada por Primereando las noticias sobre el FMI y el Fondo de Garantía de Sustentabilidad, la explicación de Chequeado.com fue que la nota era falsa ya que “si bien en el memorando oficial el Ministerio de Hacienda de la Nación contempla la venta de activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad, eso no significa que el FMI lo exija y tampoco que la ANSES deje de funcionar”. Pero, ¿cómo hizo Chequeado.com para suponer que Primereando las noticias daba a entender que el ANSES iba a dejar de funcionar? ¿Estuvieron Matías Di Santi e Imanol Subiela, los redactores del artículo, presentes mientras Christine Lagarde escuchaba atenta y sonriente a Nicolás Dujovne sugiriendo con énfasis la gran idea de vender los activos del Fondo de Garantía de Sustentabilidad? Para mayor confusión, Chequeado.com también se equivocó. El viernes 13 de julio, el FMI dio a conocer un informe con las exigencias que el gobierno argentino deberá cumplir en su acuerdo, entre las que se encuentra la “amortización de activos” del Fondo de Garantía de Sustentabilidad. Entonces, ¿cómo se establece la vara de lo que es verdadero o falso?
Los dueños de Chequeado
Chequeado.com es una ONG que bajo el paraguas prístino del “apartidismo” pretende determinar la veracidad del discurso público y periodístico, es decir, si los “hechos” tratados por las noticias sucedieron realmente o no. Entre sus premisas, los títulos de las noticias deben ser objetivos, lo cual vuelve todo aún más problemático. ¿Qué criterio determina si el título de una nota es materia “chequeable” o nada más que la interpretación de un hecho? Y, en tal caso, ¿qué autoridad tiene Chequeado.com para hacer regir su interpretación por sobre las otras?
El 6 de junio de 2018, cuando el sitio Argentinos Online tituló “Otra víctima de la crisis: cierra Don Satur”, una noticia que Chequeado.comtambién calificó como “falsa” y que Facebook sacó de circulación, el error del título era evidente: la fábrica no había cerrado, solo se había fundido uno de sus proveedores. Por supuesto, si en vez de “Otra víctima de la crisis: cierra Don Satur” el título hubiese sido “Otra víctima de la crisis: Don Satur se queda sin uno de sus proveedores”, la noticia habría recibido muchísimos menos clicks en Facebook. ¿Y qué significa esto? Que ese artículo, con ese título, habría sido menos rentable para el medio que lo publica. En ese contexto, el término “posverdad” viene a recordarnos que lo que está en crisis es la forma institucionalizada de construir verdades, aunque no esclarece nada sobre la relación entre el dinero y las formas de difundir, interpretar y visibilizar la información en la web.
Para mostrarse transparente, Chequeado.com también informa quiénes lo financian año a año. La lista es sugestiva: entre las empresas y los empresarios que figuran desde 2016 y 2017, hay muchos con una notable cercanía al gobierno. Los casos más interesantes son la petrolera Shell (alma máter del ahora exministro Juan José Aranguren), el Banco Provincia (centro de las finanzas del gobierno de María Eugenia Vidal), la cadena Farmacity (fundada por Mario Quintana, actual Vicejefe de Gabinete de Macri) y también Marcelo Mindlin, el accionista de Pampa Energía, grupo dueño de Edenor (y amigo personal de Mauricio Macri), además de compañías como Transener (la mayor transportadora eléctrica) y TGS (la segunda transportadora de gas), por citar algunos ejemplos. En tal caso, ¿chequearía Chequeado.com esta investigación publicada en la revista Noticias que muestra a Marcelo Mindlin como un hábil especulador que se enriqueció con la compra de empresas macristas ligadas a la energía y beneficiadas por los sucesivos tarifazos? ¿Sería capaz de “dudar” de la veracidad de que Mindlin compró la constructora del primo de Mauricio Macri, Ángelo Calcaterra, ligada al escándalo de sobornos del Lava Jato?
Cambiemos, Facebook y Chequeado
Preguntas como estas podrían multiplicarse. Por ejemplo, ¿se atrevería Chequeado.com a calificar de “verdadera” esta nota del portal El Disensoque muestra al Banco Provincia como una trinchera con “ñoquis premium” de Cambiemos, incluso con las cifras de los sueldos de los asesores que facilitan pauta para los medios que elogian a la gobernadora Vidal? ¿Verificarían los especialistas de Chequeado.com que un exfuncionario del Ministerio de Salud de la Nación está procesado por cajonear una denuncia y negarse a sancionar el plan de expansión comercial de Farmacity? ¿Y sería posible que Chequeado.comdifundiera como “verdadero” este artículo que muestra los negocios de Shell con el Estado en el momento en que Juan José Aranguren aún era Ministro de Energía y al mismo tiempo accionista de la empresa con cuentas en un paraíso fiscal?
Mientras tanto, el propio Mark Zuckerberg ha destacado en la sección “Facebook para Empresas” que, desde 2012, Mauricio Macri la eligió como la plataforma principal para sus campañas. ¿”Camino a la Casa Rosada de la mano de Facebook” no es un título elocuente? Por otro lado, según el último informe publicado por la Jefatura de Gabinete de Ministros, Cambiemos lleva invertidos cerca de 30 millones de pesos en pauta oficial en redes sociales en lo que va de 2018, aunque lo llamativo es que casi el 60% se gastó solamente entre mayo y junio, cuando el gobierno aceitaba el acuerdo con el FMI. Entonces, ¿fue la severidad periodística de Chequeado.com la verdadera impulsora de la censura contra Primereando las noticias al develar las intenciones del FMI con el Fondo de Garantía de Sustentabilidad de la ANSES? ¿O más bien es la manera astuta que encontraron sus poderosos financistas y socios políticos para proteger sus intereses a través de Chequeado.com? ¿Verdadero, falso o dudoso?
Fuente: Revista Paco