Sin respuesta de Vidal, los trabajadores del Astillero Río Santiago acampan frente a Gobernación
La feroz represión que se desató ayer contra los trabajadores del Astillero Río Santiago en pleno centro platense no logró su objetivo de disciplinar el reclamo del sector naval. Lejos de amedrentar y desarticular la lucha del Astillero de Ensenada por mayor inversión y en contra del desmantelamiento de la empresa estatal, sus trabajadores se volcaron nuevamente a las calles para reafirmar la defensa de sus puestos laborales.
En la multitudinaria marcha que protagonizaron durante la jornada de hoy, no estuvieron solos. Su reclamo fue acompañado por un amplio abanico de gremios de la región y cientos de vecinos que se solidarizaron con el reclamo.
En ese apoyo masivo de los habitantes de la región hay un dato insoslayable. Más allá de las operaciones mediáticas que promueve el gobierno, en el programa de su “empleado del mes” Jorge Lanata, para desprestigiar el Astillero, existe una vivencia colectiva alrededor de esta histórica fábrica que genera una empatía entre la mayoría de los ciudadanos de Ensenada, La Plata y Berisso.
Rodeados nuevamente por policías de civil y un gran número de efectivos apostados a una cuadra de Plaza San Martín, ubicada en frente de gobernación, los trabajadores solicitaron de manera pacífica – lo vienen haciendo desde el inicio de la gestión de Cambiemos- la apertura de un ámbito de diálogo para plantear los reclamos del sector.
Ante la negativa de la Gobernadora de realizar una mesa técnica, los trabajadores decidieron mantener un acampe al frente de la Casa de Gobierno hasta que las autoridades provinciales habiliten un canal de diálogo.
De manera provocativa, el único gesto de Vidal tras la brutal represión, que culminó con 5 trabajadores detenidos que fueron salvajemente golpeados dentro de la Comisaría 1° de La Plata, fue recibir junto al Ministro de Seguridad, Cristian Ritondo, a efectivos de la Bonaerense que resultaron heridos durante los hechos desatados ayer.
Desde que se inició el conflicto en Astillero, la estrategia del oficialismo estuvo dirigida a la desacreditación de la fábrica estatal y sus trabajadores. “Apuntan al desgaste. Desde que asumieron, los elementos de trabajo dejaron de llegar a la empresa. Para terminar el buque “Eva Perón” de Venezuela falta menos de un 5%. Pero no envían las herramientas necesarias para hacerlo. Hace dos años que estamos así. Están desmantelando el Astillero para decir que somos vagos” contó un trabajador a este portal durante la movilización.
En sus medidas, el gobierno de Mauricio Macri actuó en línea con su discurso “dinamitador” de la fábrica. El Ministerio de Seguridad, a cargo de Patricia Bullrich, compró a principios de año 4 lanchas al Estado de Israel por montos sumamente superiores a lo que hubieran costado fabricarlas en el Astillero de Ensenada. De igual manera sucedió con buques en desuso que llegaron desde Francia.
A la paralización y ahogamiento que viene implementando el gobierno desde el inicio de su mandato, este año se sumaron los condicionamientos del Fondo Monetario Internacional. La orden que bajó el equipo económico de Macri a las provincias fue ajustar las cuentas públicas. En ese esquema, la gobernadora Vidal lanzó su ofensiva contra una empresa estatal emblemática para la industria naval. Reducir gastos implica desprenderse de uno de los Astilleros más grandes de América del Sur, con su consecuente ola de despidos masivos.
Sin embargo, la tarea de la gobernadora no es para nada sencilla. Su plan de ajuste se topó con una fábrica de trabajadores que cargan sobre sus espaldas una larga historia de lucha, que incluyó una firme resistencia a las embestidas neoliberales de la última dictadura cívico militar y el menemismo. “En Astillero no sobran trabajadores, lo que falta es trabajo y decisión política de invertir” sintetizó un tornero del sector mecánico, mientras terminaba el multitudinario acto frente a Gobernación.