La diputada nacional macrista Elisa Carrió no deja de sorprender. Un día, está envuelta en un escándalo nacional por tener vínculos con Marcelo D'Alessio, un hombre vinculados con los organismos de inteligencia, de Argentina y de Estados Unidos. Se sospecha que D'Alessio conducía una red mafiosa que, entre otras, distribuía informes entre dirigentes políticos, entre ellos, la propia Carrió.
Ahora, la legisladora dio un vuelco de 180 grados y le pidió al presidente Mauricio Macri que disuelva la AFI, el ente que reúne a los servicios del país. "La única medida eficaz para combatir el espionaje ilegal en Argentina es eliminar la Agencia Federal de Inteligencia", sostuvo.
La jugada de Carrió es clara: intenta cambiar el eje de discusión, ya que la investigación que lleva adelante el juez Alejo Ramos Padilla tiene por objeto a una red mafiosa que involucra a fiscales, jueces y periodistas, de mucho diálogo con Carrió. De hecho, el periodista Daniel Santoro, muy cercano a D'Alessio, es amigo personal de Carrió.
En la última presentación ante el Congreso, Ramos Padilla contó que D'Alessio llamaba a la diputada Paula Olivetto, mano derecha de Carrió, como "Pau", lo que da cuenta de un vínculo muy íntimo.