Balotaje en Uruguay: final abierto y disputa voto a voto
Uruguay atraviesa momentos de tensión, tras disputarse voto a voto el balotaje entre el candidato del Frente Amplio, Danierl Martinez y el ultraneoliberal del Partido Nacional, Luis Lacalle Pou El jueves o viernes próximo se conocerá quién resulto ganador dela contienda electoral y asumirá la presidencia del país.
El recuento provisorio oficial con un 97% de los votos escrutados sitúa a Lacalle Pou con una ventaja de menos de dos puntos sobre el postulante del FA –que ha gobernado Uruguay durante los últimos 15 años-.
La Corte Electoral frenó la victoria cantada la derecha al confirmar que el postulado del PN apenas tenía una ventaja de menos de dos votos delante de Martínez, de 62 años. Apenas 32 000 boletas cuando hay más de 34 mil sufragios observados, por lo que el ganador, expresó, deberá definirse en el escrutinio definitivo.
Los números indicaban que el conteo hasta ese momento daba a Martínez 1 084 880, y a Lacalle Pou 1 117 273 votos válidos. Por tanto, aclaró la Corte que el jueves o viernes podrían proclamar al nuevo presidente electo, que sustituirá a Tabaré Vázquez, una de las figuras históricas de la izquierda uruguaya junto al ex mandatario José Pepe Mujica.
Lo que daría una amplia ventaja a Lacalle Pou, de 46 años, es la coalición que integró luego de su fallida primera vuelta con lo más reacio de la derecha nacional, entre ellos el Cabildo Abierto y su candidato derrotado en primera vuelta Mancini, quien este domingo quebró la veda electoral para conminar a los militares a no votar por la izquierda. Otras dos formaciones minoritarias (Partido Independiente y Partido de la gente) se aliaron con los blancos en lo que llamaron un "compromiso por el país", al que pretenden situar bajo el patronato de Estados Unidos (EE.UU.), padrino de los conservadores latinoamericanos.
Hasta poco antes de que los más de dos millones de ciudadanos convocados al balotaje se presentaran en los colegios, varias encuestadoras daban como vencedor al abogado Lacalle, dado su reciente unión con los perdedores en la primera vuelta, efectuada el pasado 27 de octubre.
Ese día, Martínez obtuvo el 40% del escrutinio y su rival solo el 28%, para ganarle cómodamente, solo que no le alcanzaban las números para obtener la presidencia, pues la Ley condiciona la victoria al 50%.más uno de las boletas válidas.
La unión de la derecha y la ultraderecha (que unieron todos sus votos) hizo que las encuestas giraran rápidamente, dándole hasta ayer un 49% a La Calle y un 43% al postulado del FA. El resultado pintaba negro para la izquierda uruguaya.
Sin embargo, sin amilanarse, Martínez, un hombre procedente del sindicalismo, dijo que a la derecha había que darle un ¨Maracanazo¨, palabra sagrada entre los uruguayos, pues indica la victoria que su equipo de futbol obtuvo en 1950 contra Brasil en su propio terreno, el estadio Maracaná, ante más de 60 000 espectadores.
A partir de la experiencia de octubre, el FA comenzó una labor con las bases, visitando los hogares y uniendo fuerzas con movimientos sociales.
También influyó en el resultado del balotaje los sucesos que vienen ocurriendo desde hace casi un mes en Chile –antecedidos por las manifestaciones indígenas de Ecuador-, el golpe de estado cívico-militar contra el presidente boliviano Evo Morales y el estallido social a fines de la semana pasada en Colombia.
El denominador común de lo ocurrido en esas naciones indica, claramente, cuál puede ser el futuro de Uruguay si gana la derecha y lleva adelante su política de odio, como también hace en Brasil, contra los dirigentes políticos y líderes sociales de uno de los países más estables del Sur americano.
Pero muy en especial, al parecer influyó entre el electorado el compromiso establecido por Lacalle con Mancini, un ex general a quien se considera un peligroso extremista, capaz de llevar a Uruguay a una nueva dictadura. También el candidato del PN hizo compromisos con Ernesto Talvi, del Partido Colorado, Edgardo Novick, de la Gente, y Pablo Mieres, de Independiente.
Manini Ríos, ex comandante en jefe del Ejército, fue destituido en marzo pasado por Tabaré Vázquez por ocultar la confesión del represor Nino Gavazzo, quien arrojó al Río Negro el cuerpo del guerrillero Tupamaro Roberto Gomensoro, en 1973.
Su partido es el de los militares, a los que acudió ayer para darle una estocada a la candidatura izquierdista, en evidente burla a los mandatos de la Corte Electoral.
Analistas invitados a la transmisión de la multinacional Telesur también fueron sorprendidos por el final abierto del balotaje, pues existían muchas caras largas cuando comenzó el conteo electoral, pensando en que Lacalle Pou arrasaría.
Faltan pocos días para salir de la sorpresa dada por la izquierda este domingo. Las cartas ya están dadas y la Corte Electoral dirá la última palabra.