El vaciamiento que dejó Macri en el instituto que debe detectar casos de coronavirus

Mientras crecen las críticas de dirigentes de Juntos por el Cambio por la llegada del coronavirus a la Argentina, poco se discute en que condiciones dejó el gobierno de Macri a la instituciones encargadas de prevenirlo.

El Instituto Malbrán es un organismo descentralizado del Ministerio de Salud y es el encargado de hacer las pruebas que confirman o descartan la infección en cada uno de los casos sospechosos. Rol clave para la prevención de pandemias, que el macrismo abandonó cuando tuvo la responsabilidad de conducir el Estado.

Durante el gobierno de Macri se licuó aceleradamente el presupuesto del instituto, se devaluó un 50% en comparación al alza de los precios. En 2016 tenía asignado $519 millones y para 2019 tuvo apenas $917 millones, con una inflación del 300% en ese período.

Pero la situación es todavía mucho más grave, porque gran parte de los reactivos y los insumos que se requieren para realizar los test están dolarizados y el proceso de devaluación dejó al borde de la cornisa al Instituto Malbrán. “Estuvimos cuatro años con ingresos casi nulos de los insumos”, confesó un trabajador.

Pisos que se inundan cuando llueve, laboratorios cuya construcción estaba casi terminada y ahora se encuentran abandonados, forman parte de la herencia que dejó el gobierno de Cambiemos después de eliminar por completo durante tres años la inversión en infraestructura.

De la comparación entre los presupuestos del 2015 al 2019 surge el relevante dato de que se llevó a $0 el gasto en las condiciones edilicias mediante la eliminación del apartado “bienes de uso” que asignaba recursos a ese fin.

Durante estos años, los trabajadores denunciaron sistemáticamente la crisis edilicia a la que se estaba sometiendo a la institución, pero la respuesta de los funcionarios era que no había dinero para ese fin.

Las advertencias también llegaron al ámbito parlamentario en 2018, cuando los diputados del Frente para la Victoria, encabezados por Fernanda Raverta, presentaron un proyecto para declarar una emergencia sanitaria, que incluía al Malbrán, pero fue desechado por el entonces oficialismo.

Otro de los costados del ajuste fue la dotación de personal. Si bien en esta institución no hubo despidos masivos como en otros sectores del Estado, se redujo la planta mediante jubilaciones, renuncias y “retiros voluntarios”. Estos éxodos se debieron en muchos casos a que el poder adquisitivo del salario, que cayó alrededor de un 60% en los últimos cuatro años, y esas vacantes nunca fueron respuestas.

“Una compañera que trabajaba en el laboratorio de coronavirus, ingresó en 2009 con la expansión de la Gripe A y en 2019 se fue porque haciendo una guardia en un hospital, cumpliendo tareas de rutina, ganaba mucho más que en el Instituto”, consignó una fuente sindical a este medio.

Fuente: Minuto Uno

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