Preocupado por sus mensajes con Borinsky, Nieto no quiere que la Justicia investigue su celular en la causa Memorándum
El secretario privado de Mauricio Macri, Darío Nieto, no quiere que el Tribunal Oral Federal (TOF) 8, que tiene a su cargo la causa del Memorándum con Irán, acceda a su teléfono, donde hay anotaciones sobre el integrante de la Cámara Federal de Casación Mariano Borinsky, que fue uno de los jueces que propició la reapertura de la denuncia de Alberto Nisman en diciembre de 2016. Borinsky recibió las felicitaciones públicas de Mauricio Macri horas después.
La prueba, reclamada por el TOF 8, apunta a entender las posibles vinculaciones del camarista con el entonces presidente, que estaba interesado en reactivar la causa contra Cristina Fernández de Kirchner, el excanciller Héctor Timerman y otros altos funcionarios, según publica Página 12.
El abogado de Nieto, Gervasio Caviglione Fraga, manifestó ayer que su "expresa oposición a que se de la información reclamada por el TOF8 y cualquiera otra sobre el contenido de lo supuestamente hallado en el celular", según el escrito. El 1 de noviembre de 2018, el secretario privado de Macri anotó en su celular: "Hablar con Borinsky. Tema denuncia administrativa y penal".
La semana pasada, Macri reconoció en una entrevista en TN que tenían amistades en común y jugaban al tenis en Olivos, por lo que un grupo de diputados del Frente de Todos radicaron una denuncia contra el integrante del máximo tribunal penal del país lia Incardona y Santiago Eyherabide?, Nieto presentó el año pasado una denuncia en Comodoro Py. La causa, por las vueltas del destino, quedó en manos de Martínez de Giorgi, que es hoy quien tiene a su cargo la mega-causa de espionaje, reseñó Política Argentina.
Con este planteo para que su teléfono no se use en la causa del Memorándum, Nieto reproduce una estrategia que ya ensayó Macri en la causa Vicentín. Allí, presentó varios recursos para impedir que la información encontrada en el aparato de Nieto no terminara en la causa que instruyen el fiscal Gerardo Pollicita y el juez Julián Ercolini.