El joven fue víctima de gatillo fácil en el barrio de Barracas en noviembre de 2021. Serán enjuiciados por el asesinato, por el posterior encubrimiento y por tentativa de homicidio de los tres jóvenes que viajaban con Lucas.
En noviembre de 2021, la Policía de la Ciudad quedó en el ojo de la tormenta una vez más por un caso de gatillo fácil. Se trata del asesinato de Lucas González, un joven de 17 años que fue baleado cuando iba salia de entrenar con sus amigos y viajaban en auto. Ahora, el fiscal pidió que se juzgue a 14 efectivos de la Policía de la Ciudad involucrados en el homicidio.
Según consignó Infonews, la presentación fue realizada por la Fiscalía Criminal y Correccional 32, a cargo de Leonel Gómez Barbella, y por el auxiliar fiscal Lucas Estévez, ante el Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional 7 de Paula González.
“La presente pesquisa tuvo como objeto dilucidar un entramado policial que puede resumirse en dos acontecimientos diferenciados, pero relacionados entre sí”, indicaron los representantes del Ministerio Público, que también pidieron que sea juzgada la tentativa de homicidio de los tres amigos que iban con Lucas al momento del hecho y el supuesto encubrimiento policial.
Para la fiscalía, “estos dos hitos históricos resultan ser: 1) el homicidio agravado de Lucas Santiago González y la tentativa de idéntico resultado en perjuicio de J.A.S, J.Z.G. y N.H.G., por parte de tres integrantes de la Brigada 6 de la División Brigadas y Sumarios de la Comuna 4 de la Policía de la Ciudad, y 2) todo el despliegue posterior, llevado a cabo un gran número de integrantes de la Policía de la Ciudad”.
Los principales imputados son el inspector Gabriel Alejandro Issasi, el oficial mayor Fabián Andrés López y el oficial Juan José Nieva, quienes están acusados de ser coautores de los delitos de “homicidio agravado por haber sido cometido con alevosía, por placer, por odio racial, por el concurso premeditado de dos o más personas y por cometerse abusando de su función o cargo por un miembro de una fuerza policial”.
También se acusa de “tres tentativas de homicidio agravado por las mismas causales; falsedad ideológica y privación ilegal de la libertad agravada por abuso funcional y sin previsión de la ley”.
En la presenación, la fiscalía aseguró: “Las pruebas obtenidas permiten afirmar que el homicidio de Lucas González y la tentativa a los tres restantes jóvenes son la consecuencia voluntaria y querida (dolosa) de un plan o pacto previamente elaborado y en el que Issasi, Nieva y López, participaron de manera activa”.
Así, sostienen que los acusados “pusieron en movimiento la estructura institucional de la Policía de la Ciudad de Buenos Aires otorgando datos falsos, a sabiendas de lo que realmente había acontecido”, por lo que concluyeron que “jamás hubo ‘un enfrentamiento armado’, sino más bien un ataque perpetrado por los oficiales a las víctimas, irracional e injustificado, para lo cual emplearon sus armas a fin de cercenarles sus vidas”.
“No estamos ante una mera concurrencia ocasional de autores, sino que existió una convergencia preordenada, donde la acción de unos aparece objetiva y subjetivamente ligada a la de los demás, en el marco de un plan con unidad de designio y comunidad de aportes”, aseguró.
Sobre lo que sucedió después de la muerte del joven, la fiscalía sostiene que hay once efectivos acusados de intervenir en el procedimiento ilegal. Así, indicó que “estuvieron participando del procedimiento, cumpliendo distintas tareas y roles en pos de un fin último, esto es, alterar las pruebas en beneficio de los consortes de causa. Y aquella descripción determina que los encartados al requerir la ambulancia del SAME hicieron ahínco en que era producto de una colisión vial a los efectos de encubrir los aberrantes actos que ya se venían sucediendo desde Iriarte y Avenida Vélez Sarfield”.
Para Gómez Barbella, los tres amigos de Lucas fueron detenidos en el marco de un procedimiento ilegal montado para ocultar el ataque policial, que incluyó el “plantado” de un arma en el interior del vehículo de los jóvenes.