No discutas, nene
Por Jorge Gres para PRIMEREANDO
Desde hace algunas horas y desde el poder central, inclusive, se discute si está bien dar determinadas batallas, dar determinadas discusiones. Se discute una foto, se cortan los diálogos, se desencuentran incluso las opiniones que algunas vez estuvieron genuinamente emparentadas.
Sin embargo, la política requiere discusión, requiere tensión. El hecho de que uno o varios dirigentes salgan a hablar de esa tensión no implica que uno busque romper. Uno busca plantear discusiones, confrontar ideas.
Si al confrontar ideas en la política uno está equivocado, realmente no entiendo para que existe la política como herramienta de transformación. Confrontar ideas es lo más interesante que la política debería tener, y sin embargo algunos lo demonizan desde una oposición que trabaja uniformemente y en la misma dirección, siempre para los mismo intereses, agitando matices de ideas que en realidad son a quien le vas a dar la ganancia.
Lo único que hacen es distribuir de diferente manera pero para el mismo lado: Patricia Bullrich, Mauricio Macri, Horacio Rodríguez Larreta, y todo el resto de Juntos por el Cambio (JxC), en el fondo son lo mismo porque trabajan para la misma gente.
Hace algunas horas lo escuchaba al ex ministro de Economía Domingo Cavallo hablar sobre el diputado Javier Milei y decía algo muy cierto: Entre Milei y JxC no hay mucha diferencia y algún día se van a dar cuenta. Y es cierto.
Es decir, van a apostar a agrietar el peronismo con algunos actores internos probablemente de los cuales tenemos que estar muy atentos. Cuando o uno ve imágenes como la que vimos en el acto por los 40 años de Malvinas, de Sergio Massa con Cristina Fernández de Kirchner y Alberto, uno cree todavía que la unidad es posible.
¿Es necesaria? Seguramente sea lo más inteligente pero no es condición sine qua non, porque cuando uno se une tiene que entender para qué se une y tiene que tener claro que todos tienen que aportar en una mesa de discusión que hasta el momento no ha sido convocada de la manera que debería.
Uno escucha demonizar agrupaciones políticas tratándolas como mínimo de poco inteligentes, y se pone a pensar que si de esta manera aquellos que tienen que comunicar desde la oposición política discuten política estamos complicados.
Es el nivel mediocre de discusión que nos ha dejado la política de estos últimos años. Tampoco hemos sido muy inteligentes para levantar la discusión en estos últimos años. No hemos tenido una enorme capacidad de desarrollo al momento de intervenir para mejorar la discusión política.
Cada vez que se plantó una discusión política era ir en contra o de uno o de otros, y se dejó de entender la política como un lugar de debate para el mejoramiento. Se entiende la discusión por la búsqueda de cargos, de poder, de no perder privilegios.
Y la derecha se hace fuerte porque cierto sector, incluso del oficialismo, les alimenta la discusión. Por qué discuten por poder propio, por cuestiones personalísimas. No discuten por lo que viene y como viene.
Hace algunos días se empezaron a caer las máscaras sobre para qué poderes juega cada uno de los representantes de la posible próxima elección. Javier Milei y Horacio Rodríguez Larreta están como mínimo mirando al mismo segmento de la población y no es precisamente aquellos que menos tienen o aquellos que tenemos alguna desventaja.
Ponen la imagen de Esteban Bullrich para lavar culpas con un tipo que ha sido políticamente complejo cuando le ha tocado ejercer el poder. Hoy le toca tener una discapacidad no diferente como la que tengo yo. Quien les habla tiene parálisis cerebral infantil pero sin embargo eso no me hace ni mejor ni peor que el resto, al igual que Esteban Bullrich.
La situación de discapacidad no nos hace ni mejores ni peores. Conocemos la vida desde otro punto de vista, sin duda. Entendemos la dignidad desde otro punto de vista, sin duda.
Pero cuando uno ve la utilización de una persona con discapacidad, intelectualmente capaz como es el caso de Esteban Bullrich a pesar de todas sus dificultades, como también lo es quien habla, uno se plantea hasta donde van a llegar. Sobre todo pensando que cuando a la ex vicepresidenta macrista Gabriela Michetti le tocó ser vicepresidenta manejo los fondos de la temática de forma discrecional y sin tener en cuenta a los gobernadores.
Esta situación al día de hoy no ha sido modificada por el gobierno de Alberto Fernández ¿Por qué? Es una respuesta que no tenemos, como ustedes saben en todos lados se cuecen habas, pero la única forma de cambiar la realidad es involucrarse y para ello lo primero que hay que tener es el derecho a discutir como nación y como país qué futuro esperamos.