La causa del atentado a CFK da un vuelco imprevisto.
El caso del atentado a la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner sumó un dato inquietante: el abogado de Gabriel Carrizo, posible jefe de la “banda de los copitos”, es un hombre muy vinculado al PRO.
Se trata de Gastón Marano, un abogado top, que fue asesor de un senador macrista en, nada menos, que la comisión bicameral que vigila a los organismos de seguridad e inteligencia. ¿Qué hace un abogado así asesorando a un supuesto “marginal” o “loquito suelto”, como indicó Mauricio Macri en una reciente entrevista?
El planteo del senador macrista Ignacio Torres, explicando el rol de su asesor, es insólito: aseguró que no sabía qué hacía Marano y lo relevó su tarea como asesor, cuando el caso explotó mediáticamente. ¿Torres no sabía antes que Marano iba a ser abogado de Carrizo? ¿Qué hacía Marano en una comisión clave que investia a los servicios?
Pero los vínculos entre el PRO y el caso no terminan ahí. Otra abogada del hombre, que supuestamente no tiene recursos, también está vinculada al macrismo. Se llama Brenda Salva. Pero además sumó a Ferandno Sicilia, íntimamente ligado a la AFI durante la gestión macrista. Esas relaciones peligrosas son inexplicables.