Escándalo de la casta.
A horas de la votación de la ley Bases, el presidente Javier Milei mandó el pliego de la senadora Lucila Crexell como embajadora en la Unesco. Es un intercambio escandaloso de favores. ¿Eso no hacía “la casta”?
La neuquina había negociado su voto a cambio de la embajada pero el gobernador Rolando Figueroa había acordado con Guillermo Francos que se postergaría la designación.
Con esta designación, Crexell se irá a vivir a París, Francia, donde está la sede del organismo de las Naciones Unidas, y cobrará la friolera de 20 mil dólares por mes en mano, es decir, 26 millones de pesos. ¿Nada mal para votar una ley, no?