“Vi muchos jubilados jóvenes”: Francos justificó la represión de la Federal y Gendarmería
Además, minimizó los efectos de la represión al afirmar: “No diría que hubo ‘abuelos gaseados’; no creo que eso sea correcto”, lanzó.
Tras los graves incidentes ocurridos frente al Congreso durante la manifestación contra el veto a la ley de movilidad jubilatoria, el jefe de Gabinete, Guillermo Francos, desestimó la represión ejercida contra los manifestantes y lanzó comentarios irónicos al respecto. “Vi muchos jubilados jóvenes, con la cara tapada”, afirmó, sugiriendo la infiltración de “grupos extremistas de izquierda”. Estas declaraciones buscaron desviar la atención del hecho central: el uso de la fuerza contra una protesta legítima.
La protesta, en la que participaban jubilados y diversas organizaciones sociales, tuvo lugar frente al Congreso y fue violentamente dispersada por las fuerzas de seguridad. Francos, en lugar de condenar los excesos policiales, intentó justificar la intervención. “Generaron la reacción esperada de las Fuerzas de seguridad, que aplicaron el protocolo correspondiente para liberar el espacio público”, señaló.
Sin embargo, este enfoque omite un principio fundamental de la Constitución Nacional: el derecho a la protesta pacífica. La Carta Magna garantiza que todo ciudadano tiene la libertad de manifestarse para expresar sus demandas y preocupaciones, sin ser reprimido por ejercer este derecho. En un contexto donde los jubilados, uno de los sectores más vulnerables de la sociedad, se movilizan para defender sus derechos, cualquier intento de reprimir esas expresiones merece ser categóricamente condenado.
Francos, además, minimizó los efectos de la represión al afirmar: “No diría que hubo ‘abuelos gaseados’; no creo que eso sea correcto”. Estas declaraciones no sólo resultan irónicas, sino que desvían la atención del uso desmedido de la fuerza pública en un contexto donde se debió priorizar el diálogo y la mediación, en lugar de la violencia.
El ministro también destacó que más de 20 policías resultaron heridos en los enfrentamientos, pero deslizó que la responsabilidad no recaía en los jubilados, sino en “fuerzas políticas entrenadas para generar caos y desorden”. Esta forma de plantear los hechos parece buscar una justificación para el uso de la represión, lo cual es inadmisible en una democracia.
Ante la pregunta sobre si el gobierno de Javier Milei es “cruel con los jubilados”, Francos negó la acusación y sostuvo que las jubilaciones aumentaron durante su gestión. Sin embargo, estas afirmaciones se contrastan con el reclamo genuino de los manifestantes, quienes salieron a las calles para visibilizar la crisis que atraviesan tras el veto a la ley de movilidad.
La sesión en Diputados, interrumpida por los enfrentamientos, terminó con la retirada de legisladores del Frente de Izquierda y de Unión por la Patria, quienes condenaron enérgicamente los hechos de violencia ocurridos afuera. La represión contra los jubilados no es solo un ataque contra un sector específico, sino una violación a los derechos consagrados por la Constitución, que garantiza el derecho a manifestarse como una de las formas más genuinas de participación en la vida democrática.