La expresidenta dio una clase magistral de economía en la Universidad Nacional del Oeste en la que respondió a la que dio el presidente la semana pasada en Mendoza.
La ex vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner lanzó un fuerte reclamo al presidente Javier Milei, instándolo a que “deje de lado a Milton Friedman, deje la escuela austríaca y tome el manual argentino”, sugiriendo que debe dedicarse a gobernar con una visión más enfocada en la realidad nacional. Cristina destacó que es momento de que el mandatario se siente a administrar el país.
En su discurso, también habló del ministro de Economía, Luis Caputo, mencionando que existen “dos versiones” de él. Recordó su paso por el gobierno de Mauricio Macri, señalando que la primera versión, “Toto Caputo 1”, fue quien durante Cambiemos adquirió una deuda de “100 mil millones de dólares” e impulsó el famoso bono a “100 años”, seguido por el acuerdo con el FMI para financiar la fuga de capitales.
En vivo desde Merlo donde recibiré la distinción Honoris Causa de la @UNdelOeste y brindaré la conferencia “Sigue siendo la economía bimonetaria, estúpido” en el marco de la asignatura "Pensamiento Nacional y Latinoamericano". https://t.co/AxznSvxL9w
— Cristina Kirchner (@CFKArgentina) September 13, 2024
Fernández de Kirchner cuestionó duramente a Milei, afirmando que, al no lograr los dólares necesarios para su plan de dolarización, ahora “sueña con la competencia de monedas”, explicando que esto implicaría que la clase media tendría que utilizar sus ahorros en dólares para pagar deudas y gastos, lo que, según ella, es una forma de “remonetizar” Argentina a costa de los ciudadanos.
También criticó el reciente veto de Milei a la reforma jubilatoria, señalando que la “casta” de la que hablaba el presidente es la misma con la que perjudicó a los jubilados.
Sobre la CGT, la exmandataria enfatizó que la tarea de la central obrera debe ser exigir que los trabajadores formales del primer tramo reciban el mismo ingreso que los informales que perciben la Asignación Universal por Hijo (AUH). Además, pidió que se abandonen los “movimientos tácticos” y se enfoquen en defender los derechos de los trabajadores.
Cristina también desarmó el discurso histórico de Milei, al decir que engaña a los jóvenes haciéndoles creer que hace 100 años Argentina era una potencia. Según Fernández de Kirchner, en ese entonces el país era un “desastre”, y fue esa situación la que dio origen al peronismo. Subrayó que, mientras otros países de la región están creciendo, “nosotros vamos para atrás”.
En otro tramo, criticó el plan económico del gobierno al remarcar que “la gracia está en que la gente coma y que se pueda administrar el Estado”, y cuestionó el hecho de que “si todos se mueren de hambre y a vos te sobra plata, es fantástico para vos”. Fernández de Kirchner recordó que su gobierno logró un ciclo de “superávit fiscal con crecimiento e inclusión social” entre 2003 y 2008, contrastando esa experiencia con las actuales políticas de ajuste, que, según ella, ahogan a las provincias y frenan las obras públicas y la construcción de hospitales.
Por otro lado, reconoció a los senadores que aprobaron la ley de actualización del presupuesto universitario, pese a que Milei ya anunció que aplicará un “veto total”. Desde Merlo, donde daba una clase sobre economía, la ex presidenta destacó que los críticos de las universidades del conurbano siempre han tenido una visión limitada del país, observándolo desde “el helicóptero” o “el espejo retrovisor”, sin comprender las diversas realidades.
En un momento de ironía, se refirió a su experiencia como vicepresidenta, diferenciándose de Victoria Villarruel, y recordó el voto en contra de Julio Cobos durante la famosa sesión de la resolución 125, comentando con sarcasmo: “Después hablan de algunas vicepresidentas… yo, una pinturita”.
Finalmente, Fernández de Kirchner atribuyó la victoria de Milei a un “fracaso de la educación argentina”, lamentando que, de haber llegado a todos los rincones del país con una mejor formación en historia, “estas cosas no estarían sucediendo”. Además, condenó el lenguaje del presidente, criticando expresiones ofensivas como “compren vaselina”, señalando que la palabra de un presidente debe ser “sanadora, no violenta”. Enfatizó la gravedad del contexto actual, mencionando casos de desapariciones y delitos contra menores, y subrayó que esas palabras no deberían ser pronunciadas por un mandatario.