La industria automotriz argentina enfrenta una crisis sin precedentes con despidos masivos y el cierre de líneas de producción en Toyota y Nissan, impulsados por la retracción del mercado interno y un cambio en la estrategia productiva de las empresas.
Toyota: Un Modelo de Expansión Convertido en Símbolo de Ajuste
La automotriz japonesa Toyota, que hasta hace poco era un motor de crecimiento industrial en Argentina, se ha transformado en un ejemplo de ajuste drástico. Desde enero de 2025, la empresa viene llevando a cabo despidos masivos en su planta de Zárate, provincia de Buenos Aires.
Las desvinculaciones afectan tanto a operarios como a supervisores, incluyendo empleados con hasta dos décadas de antigüedad. Incluso representantes gremiales han sido alcanzados por el ajuste: de los 70 delegados que el gremio de mecánicos SMATA tenía en la empresa, solo quedan siete.
“Te llaman antes del turno de ingreso para avisarte que estás desvinculado por estructuración y te pagan lo que corresponde legalmente”, reveló una fuente interna. Se estima que la compañía ya ha despedido al menos a 150 trabajadores en lo que va del año y prevé una reducción mínima de 200 puestos en el corto plazo, debido a la caída de la demanda y a la automatización de ciertos procesos productivos.

Nissan: Fin de la Producción Local y Reducción de Personal
En paralelo, Nissan Argentina anunció su decisión de discontinuar la producción de la pickup Frontier en el país para fines de 2025, cerrando así un ciclo de ocho años de fabricación local. La medida responde a una estrategia global de la compañía y a la caída de ventas en el mercado interno y en destinos de exportación clave como Chile y Colombia.
El impacto ya se hace sentir en la planta de Santa Isabel, Córdoba, donde las suspensiones y planes de retiros voluntarios avanzan a un ritmo preocupante. “El año comenzó con un solo turno operativo, lo que implicó la suspensión de un turno completo”, afirmó Maximiliano Ponce, secretario de SMATA Córdoba. Actualmente, 120 trabajadores están suspendidos cobrando el 70% de su salario sin asistir a la planta, mientras que otros 400 operarios continúan trabajando, aunque sin certezas sobre su futuro.
Impacto en la Industria Autopartista
El cese de producción de Toyota y Nissan también afecta a los proveedores locales, con riesgo de cierre para varias empresas del sector autopartista. Un caso emblemático es el de Maxion Montich SA, fabricante de chasis para la Frontier y la Alaskan, que quedará fuera del nuevo esquema productivo de Renault a partir de 2026.

La preocupación crece entre los autopartistas debido a la proliferación de proyectos industriales con un bajo nivel de integración nacional. “Al menos dos proyectos que incluyen vehículos chinos ensamblados en Argentina sin muchas partes locales están a punto de ser anunciados. Esto reducirá la escala de producción y perjudicará a toda la industria”, advirtieron fuentes del sector.
La crisis en Toyota y Nissan marca un punto de inflexión en la industria automotriz argentina, con un futuro incierto para miles de trabajadores y proveedores que dependen de la producción local.