El presidente Javier Milei defendió a su principal asesor, Santiago Caputo, tras el incidente en el que este último fue acusado de intimidar a un fotorreportero durante un acto oficial.
Este miércoles, Javier Milei brindó su respaldo incondicional a Santiago Caputo, su principal asesor, luego del incidente ocurrido durante un acto oficial en el que Caputo fue señalado por intimidar a un fotorreportero. El presidente calificó a su asesor como una “mente brillante” y calificó el incidente de “marginal” y de “mentira deliberada” las versiones que indicaban que Caputo había agredido físicamente al periodista.
El incidente tuvo lugar cuando Caputo, acompañado de dos personas, se acercó al fotorreportero en cuestión, le dio dos palmadas en el pecho y, según testigos, le dijo algo al oído. Varios periodistas presentes en el acto confirmaron los detalles del suceso, aunque no hubo una denuncia formal por agresión física.

Pese a las acusaciones, Milei defendió a su asesor, restando importancia al hecho y descalificando las versiones sobre violencia física, llamándolas “mentiras”. “Es una mentira deliberada que Caputo haya agredido a alguien”, aseguró el mandatario, reafirmando la confianza que tiene en su equipo cercano.
Sin embargo, la defensa de Milei generó controversia, ya que muchos sectores consideran que el acto de intimidación es grave, especialmente en un contexto donde las relaciones entre el gobierno y la prensa se encuentran tensas. La defensa de Milei a Caputo se suma a otros episodios en los que el asesor ha estado vinculado a situaciones conflictivas, como amenazas a diputados opositores y su vinculación con la SIDE y la oficina recaudadora de impuestos.
El hecho se enmarca dentro de una creciente preocupación sobre el control de la libertad de prensa en el país, especialmente a medida que aumentan los casos de presiones hacia los medios y sus periodistas. La postura del presidente, al respaldar públicamente a Caputo, se interpreta por muchos como una nueva muestra de tolerancia hacia el accionar de sus asesores y una falta de compromiso con los derechos de los periodistas.