Lejos de que el ajuste lo pague “la casta”, el gobierno libertario sigue descargando el peso del recorte sobre la clase media y trabajadora, sin actualizar salarios ni homologar paritarias.
En plena recesión, el gobierno nacional recorta subsidios a la energía en zonas frías y modifica el esquema de segmentación para seguir trasladando aumentos a los usuarios. Los ingresos no suben, pero las tarifas no paran de crecer.
Más de 150 mil usuarios afectados: fin de los subsidios en zonas frías
El gobierno nacional eliminó los subsidios energéticos para más de 150 mil usuarios residenciales que habitan en zonas con bajas temperaturas, principalmente en provincias del sur y del centro del país. Se trata de usuarios que hasta ahora accedían a tarifas diferenciadas por el mayor consumo necesario en invierno. La decisión fue oficializada por la Secretaría de Energía a través de la Resolución 90/2024.
Según informó el propio organismo, los hogares perjudicados son aquellos que no están registrados en el padrón de beneficiarios de subsidios. La quita impacta de lleno en familias que venían enfrentando aumentos acumulados en luz y gas, mientras sus ingresos siguen congelados.
Cambios en la segmentación: menos subsidios, más tarifa plena
A contramano de la promesa de campaña, el Ejecutivo modificó los criterios para definir quién accede a los subsidios y quién paga tarifa plena, endureciendo las condiciones para ser considerado un “usuario de bajos ingresos”.
A partir de ahora, para pertenecer al nivel 2 (segmento subsidiado), se deberá demostrar un ingreso inferior a $730.000 (1,77 canastas básicas) y cumplir con una serie de nuevas restricciones: no tener más de un inmueble, no poseer vehículos con menos de 10 años de antigüedad, ni embarcaciones o aeronaves. Esto reduce el universo de beneficiarios y empuja a más familias a pagar el costo completo del servicio, en un contexto donde la inflación no cede y los salarios están planchados.
Ajuste a los de siempre: el bolsillo popular sigue pagando la crisis
Desde que asumió Javier Milei, el discurso del “ajuste lo paga la casta” se diluyó frente a la realidad. Mientras se frena la homologación de paritarias y el poder adquisitivo se derrumba, el gobierno no deja de habilitar aumentos en servicios esenciales como luz, gas, transporte y prepagas.
La quita de subsidios en zonas frías y la nueva segmentación confirman que el ajuste no lo paga la casta, sino los trabajadores, los jubilados y la clase media, que ya venían golpeados por el tarifazo en marzo y los aumentos proyectados para julio.