El gobierno de Milei redujo drásticamente los montos de las becas Pogresar en un 44%, utilizadas por sectores de bajos ingresos para reducir la desigualdad educativa.
El gobierno de Javier Milei continúa profundizando el ajuste sobre los sectores más vulnerables. En lo que va de su gestión, ya fueron recortados 500 mil beneficiarios del programa Progresar, una política pública clave para garantizar el derecho a la educación de jóvenes de sectores populares.
Según un informe del Centro de Economía Política Argentina (CEPA), además de la brutal reducción en la cobertura, el poder adquisitivo de las becas se desplomó un 44%, producto del congelamiento de los montos y la aceleración inflacionaria. Esta combinación de recortes y licuación se traduce en un ahorro fiscal acumulado de casi 90% en términos reales hasta fin de 2024, una cifra que revela con claridad hacia dónde se dirige el plan de ajuste.
A pesar de que el presupuesto 2025 proyecta alcanzar a 1,5 millones de estudiantes, en 2024 el programa apenas llega a un millón, incluso contando con una asignación presupuestaria mayor en términos reales. Lejos de revertir la situación, el CEPA advierte que el ajuste continuará: para este año se estima una reducción adicional del 18% y no se descartan nuevos recortes en el número de beneficiarios.
El valor real de la beca también cayó de manera dramática: mientras que para equiparar el poder adquisitivo de abril de 2015, un estudiante debería recibir hoy $127.186 mensuales, actualmente perciben solo $35 mil, un monto que queda muy por debajo de cualquier umbral de dignidad educativa.
El desfinanciamiento del programa y el achicamiento de su alcance son una muestra más de que el ajuste no es “parejo”, sino que recae de forma directa y desproporcionada sobre quienes más necesitan del Estado para garantizar derechos básicos como la educación.
El programa Progresar, creado en 2014, tiene como objetivo brindar apoyo económico a jóvenes de entre 18 y 24 años que estudian y pertenecen a hogares con ingresos bajos, siendo un instrumento fundamental para reducir la desigualdad educativa. Actualmente se compone de tres líneas: Progresar Obligatorio (secundario), Progresar Superior (niveles terciario y universitario), y Progresar Trabajo (formación profesional).
Con los actuales recortes, la política educativa inclusiva que representaba Progresar está siendo vaciada, en el marco de un plan de ajuste que, una vez más, golpea primero y más fuerte a los sectores populares.