El hecho, que fue registrado por un peatón y difundido en redes sociales, muestra a varios policías de la Ciudad y agentes rodeando al trabajador, mientras se escucha la indignación de testigos: “A los laburantes les hacen eso, vergüenza les tiene que dar“.
Un nuevo episodio de violencia institucional tuvo lugar en pleno corazón de Balvanera, frente a la estación Once del tren Sarmiento. Efectivos de la Policía de la Ciudad, junto a inspectores de Espacio Público, protagonizaron un operativo que terminó con el descarte intencional de los termos de café de un vendedor ambulante en una alcantarilla. Además, le incautaron una caja con facturas, dejándolo sin su fuente de ingreso.
El hecho, que fue registrado por un peatón y difundido en redes sociales, muestra a varios policías y agentes rodeando al trabajador, mientras se escucha la indignación de testigos: “A los laburantes les hacen eso, vergüenza les tiene que dar”.
Policía CABA y el Cafetero
— Juan Carlos (@27juancarlos27) July 1, 2025
Le tiraron los termos con leche, café, agua caliente y mate cocido a la alcantarilla.
Este hombre no robaba, trabajaba dignamente, para q otros laburantes pudieran tomar algo calentito por unas monedas.
Parece q ser pobre fuera un delito.
VERGÜENZA… pic.twitter.com/zNuXM1RAm8
Este tipo de escenas se repiten cada vez con más frecuencia desde que el Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires reforzó su política de persecución hacia la venta ambulante, tras el desalojo de los manteros en octubre de 2024. En nombre del orden, se persigue y humilla a quienes solo intentan ganarse la vida en un contexto de profunda crisis económica.
La actitud de los efectivos no solo es injustificable, sino profundamente vergonzosa. Tirar a la basura el trabajo de un vendedor ambulante no es “hacer cumplir la ley”, es ejercer violencia contra los más vulnerables. Es criminalizar la necesidad de miles de personas que buscan sobrevivir en el dia a dia.
Estos operativos ya no sorprenden, pero siguen indignando. Urge una respuesta social y política que ponga freno a estas prácticas represivas. Porque la pobreza no se combate con uniformes, se enfrenta con justicia, dignidad y trabajo.